“Ninguna arma forjada contra ti prosperará, y condenarás toda lengua que se levante contra ti en el juicio. Esta es la herencia de los siervos de Jehová: su salvación de mí vendrá, dice Jehová” (Isaías 54:17 RVR95)
En esta promesa estudiamos cómo el Señor Jesús promete a cada creyente una completa y perfecta protección, un cuidado especial. Al caminar en la justicia de Dios, no hay arma que venga contra nosotros y prospere, porque nada con mala intención de lo que se dice contra nosotros tendrá ningún valor ya que tarde o temprano sale a la luz la verdad.
Nosotros no debemos tener miedo de ningún tipo, ya que tenemos promesas de reivindicación completa ante todos nuestros acusadores, Dios nos dice en su palabra que “Él condenará toda lengua que se alce contra nosotros en juicio.” La verdad siempre prevalecerá, porque aunque las personas levanten falsos testimonios contra los hijos de Dios, la verdad será revelada, el error de su discurso y los motivos detrás de ellos serán expuestos siempre.
Es posible que la crisis que nos envuelve ahora, nos esté impidiendo ver las acciones de Dios a nuestro favor, por eso es necesario que Su paz nos gobierne, porque tenemos que recordar que la paz que sobrepasa todo entendimiento viene mientras somos fortalecidos en oración y en la meditación de la palabra de Dios, ya que la oración es el arma más poderosa del cristiano, para transformar el curso de una historia e incluso de tocar el corazón de Dios, porque sólo la oración marca la diferencia en cada vida y en el círculo de influencia que Dios nos ha confiado.
Cuando oramos, transmitimos el mensaje que estamos dispuestos a luchar, hacernos fuertes para que todas las dificultades sean vencidas, con la ayuda de Dios, pero también poniendo nuestra voluntad en tener un mañana mejor, una vida mejor y que nuestro caminar sea recto.
Por estas razones podemos ver real la palabra que nos enseña que El Señor hace nuestros pies como de ciervo, para poder ajustarnos ante toda circunstancia difícil (2 Samuel 22:14) y alcanzar la victoria en nuestra vida y ministerio.
Una pregunta muy importante que debemos hacernos siempre es: ¿Cómo hacemos que la victoria de Cristo sea nuestra victoria?, la respuesta es simple ¡RECLAMÁNDOLA! porque Cristo pagó por nuestros pecados en la cruz, pero no fuimos salvos sino hasta que lo reconocimos y lo confesamos, con la misma convicción debemos reclamar la victoria de Cristo sobre toda obra de Satanás en nuestra contra.
Tiempo de Hablar con Dios: Señor, humildemente venimos delante de ti, como tus siervos y te damos gracias por librarnos de las dificultades. Gracias porque ninguna arma que se forje contra nosotros va a prosperar, gracias porque nos has hecho justos delante de Ti y nos protegerás de la difamación y de la condenación de otras personas, porque el único poder que verdaderamente vence en el mundo espiritual es el que viene de Ti. Lo creemos, en el Nombre de Jesús. ¡Amén!
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (JCRR)
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