¡Qué pasaje más poderoso! Suena épico, como el desarrollo de cualquier película exitosa de acción en la que, en el momento menos esperado, la historia da un giro y el héroe que estuvo en aprietos toda la película le da la vuelta a la situación y sale victorioso.
A veces me cuesta creer que las cosas pasen así debido a mi carácter pragmático y racional. Sin embargo, en estos años en los que he decidido de manera consciente entregarle mis asuntos al Señor, todo ha sucedido aun superando mis expectativas terrenales; eso sí, en el tiempo que Él quiera desarrollarlas.
Esta es mi reflexión para hoy en el mes de la paz, esperemos las promesas del Señor con verdadera paz, porque sus tiempos son diferentes a los nuestros. Este concepto no lo entendía hasta hace poco, el tiempo de Dios llamado Kairós, es muy diferente a nuestro tiempo, que es el Kronos, y queramos o no, nuestras promesas se cumplen en Su tiempo y no en el nuestro. El pasaje dice algo muy claro: «en su momento actuaré sin demora«, no es «en el momento que tú quieras, me avisas y yo actuaré sin demora».
Cuando nuestro Padre vea que es el momento propicio, cumplirá esa promesa que tiene para tu vida. En mi caso, desde que intento aplicarlo, hace toda la diferencia. Simplemente es entregar, obedecer y hacer nuestra parte: orar con fe y esperar.
Devocionales Refúgiate en su palabra Casa de Refugio (GJ)
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