Nuestro Dios no Improvisa
Jeremías 29:7 RVR1960: “Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz.”

El contexto en que estamos aquí es aquel en que el pueblo de Israel es invadido por la potencia hegemónica que había en ese momento en el territorio de oriente que era Babilonia, cuando su rey Nabucodonosor lleva cautivos a cientos de Israelitas, de judíos, a la ciudad de Babilonia.
En medio de esta situación algunos profetas, que Jeremías califica como falsos, quienes habían dicho a los hijos de Israel que ese exilio seria breve y que pronto ellos regresarían. Frente a eso Jeremías les dice que no deben creerles, que les están diciendo lo que quieren oír, cosas que no eran ciertas pues pasaría todo lo contrario; no saldrían pronto de allí y no serían tiempos sencillos, por lo que debían mantenerse en el Señor, confiar y rogar a Jehová por paz.

Lo primero en que quiero meditar aquí es en que, como aquellos cautivos en Babilonia, nosotros también somos extranjeros, somos peregrinos de esta tierra, nuestra ciudadanía está en los cielos. Sin embargo, vivimos aquí, en un mundo que está gobernado por el maligno, en un territorio y en un País cuyos gobernantes responden a esa dinámica y están lejos de la presencia de nuestro Dios. Pero ¿entonces de qué forma podemos vivir?, ¿cuál sería nuestra responsabilidad en medio del lugar en que vivimos? La respuesta a esa pregunta es la misma que recibieron de parte de Dios, aquellos hombres en Babilonia y es PROCURAD LA PAZ.

En ese sentido, Mateo 5:14 nos dice “Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder.” De allí que, aunque no somos parte de este mundo, es el plan de Dios vivir en él y ante eso tenemos una gran responsabilidad. Nosotros debemos alumbrar y llevar luz a cada rincón que toca las tinieblas.

Hay un plan en el que nuestro Dios no improvisa, Él trazó cada tiempo y cada momento al que dará cumplimiento. Nosotros no oramos porque todo aquello no se cumpla, ¡PUES ESCRITO ESTA! Y su palabra permanece para siempre. Es claro que hay tiempos, temporadas y situaciones que no se detendrán, por el contrario, se complicarán aún más. Son épocas difíciles; pero nosotros vivimos en la promesa que Él nos dio, somos sus hijos, y nuestro Padre prometió no dejarnos.

Iglesia, debemos orar con entendimiento. Nuestro Padre nunca ira en contra de lo que él mismo estableció. Entre tanto, acudamos a su presencia porque es allí en donde está la verdadera paz.

“Porque él sabe los planes que tiene para nosotros, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darnos un futuro y una esperanza.” (Jeremías 29:11NVI).

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio, CL

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