Hechos 2: 1-13 RVR1960: “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos.Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados;y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto”.
Hay momentos maravillosos en la biblia que seguro muchos de nosotros hubiéramos querido presenciar y a mi parecer, este es uno de ellos. Este momento de la historia de los creyentes en Jerusalén es la forma de decirle Jesús a sus discípulos después de haber partido a la derecha del Padre que:
1. Son representantes del Reino de los cielos en la tierra.
2. Este es el sello que les dejo como hijos del Santo de Israel.
3. Es una inigualable confirmación de su compañía siempre con nosotros, una forma de decirnos: físicamente me fui, pero mi Espíritu SIEMPRE los acompaña. ¡Siempre estoy contigo!
Queridos hermanos, estamos a puertas de vivir un maravilloso encuentro con el Espíritu Santo y yo sueño que sea para mí y para usted como lo que sucedió en este pasaje. Oro a Dios por eso. Para lo que además estamos siendo preparados maravillosamente, pero en mi búsqueda con mi Señor de cómo podemos llegar a recibir una porción especial de él me hablo específicamente de algo que quiero compartirles.
Me hablo nuevamente del corazón. ¿Se imaginan?, seguimos con operaciones, cirugías e intervenciones en el mismo lugar. ¿Por qué allí?, ¿por qué en el corazón nuevamente?, ¿acaso está en el lugar equivocado?, ¿acaso tiene la motivación incorrecta? Es posible, pero además me dijo Dios que para que vivamos un avivamiento como el del primer siglo, la actitud de nuestro corazón debe ser la de CEDER ¿De qué se trata esto?; y específicamente he recibido del Padre que los apóstoles llegaron tan lejos en el Espíritu porque: CEDIERON TODO EL CONTROL y me dio otra palabra al respecto: RENDICIÓN, sin resistencia.
Cuando cedemos en alma, cuerpo y espíritu, entonces, menguamos a tal punto, que quien nos gobierna verdaderamente en todo es el poder del Espíritu Santo y entonces así, y solo así, empezamos a ser los instrumentos soñados por Dios, identificamos su obra en todas partes, no limitamos su poder y se despierta su obra en nosotros.
Finalmente, la necesidad de que cedamos a su poder y a su gobierno es para que seamos activados para trabajar y ejecutar las obras para las que fuimos creados, sacando fuera la religiosidad, las formas y la obstinación.
¿Muchos nos hemos preguntado cómo llego a este momento en mi vida? Hoy Dios nos dice, cede a mi poder y cede a mi palabra. ¡No te resistas más! Muere a tu obstinación y a tus argumentos.
Por eso en este momento oro: Padre celestial ayúdanos a ceder al poder de tu Espíritu Santo. Mata en nosotros la religiosidad y la terquedad que no nos deja avanzar. llévanos al otro lado, llévanos a la llenura tuya que solo encontramos en tus atrios, en tu abrigo y en tu lugar secreto. En el nombre de Jesús. Amén.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (TAS)
#MimetaesOrar
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