Oraciones que Transforman Vidas
1 Samuel 1:16-18 RVR95: “No tengas a tu sierva por una mujer impía, porque solo por la magnitud de mis congojas y de mi aflicción he estado hablando hasta ahora. Ve en paz, y el Dios de Israel te otorgue la petición que le has hecho, le dijo Elí. Halle tu sierva gracia delante de tus ojos, respondió ella. Se fue la mujer por su camino, comió, y no estuvo más triste.»
 
Hoy en día se nos ha olvidado orar de la manera que Ana lo hizo, llegar a la presencia del Señor con un corazón agradecido y quebrantado de verdad.  Nuestras oraciones son muy solemnes, con frases que repetimos, pero que no vienen del corazón; muchas veces son oraciones calculadas para que los que escuchen otorguen su aprobación. 
 
En este capítulo vemos cómo Ana, al entrar en la presencia del Señor, llega con una actitud diferente a la que tenía durante los últimos años, ora de una manera tan diferente que la gracia de Dios es derramada sobre su vida, pero a los ojos del mundo, su quebrantamiento y el dolor de su corazón la hacen ver como una ebria. Dios puede ver cuando nuestras oraciones son sinceras porque conoce la realidad de nuestro corazón y cuando en verdad morimos aceptando Su voluntad; es allí cuando Él nos quita las cargas que traemos y la amargura que no nos deja avanzar hacia nuestro plan de vida. 
 
La oración genuina de Ana no solo trasformó su vida, sino la de su familia y personas a su alrededor, pero sobre todo la de su futuro hijo. Ana no sabía que ese día su vida iba a cambiar por completo y el camino que Dios había trazado para ella iba a dar su fruto.
 
Meditar en la oración de Ana me hace cuestionarme si realmente soy sincera y muero a mi voluntad cuando me presento delante de Dios. Mi propósito entonces es orar sin moldes, sin máscaras con un corazón humilde y quebrantado. Mi oración hoy por mi familia es que podamos tener la libertad de dirigirnos a nuestro Padre con un corazón sincero, que podamos decir: “hágase tu voluntad y no la mía”, porque Dios nos oye y sabe cuándo estamos preparados para cumplir su propósito. 
 
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (PG)

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