Pablo vs Nerón

2 Timoteo 4:17-19 RVR60 Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león.  Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén

El contexto histórico de 2 de Timoteo data aproximadamente del año 67 de nuestra era cuando Pablo, privado de la libertad por segunda vez en vista de la salvaje persecución cristiana a cuenta del emperador Nerón; encontró en las cartas la forma ideal, además que la última y desesperada, de expandir el legado de Jesús del cual fue testigo, a través de sus más allegados colaboradores entre unos pocos; Lucas y Timoteo. En esta ocasión Pablo animaba a Timoteo a seguir con el evangelio de Jesús a pesar de lo que él llamaba la Boca del León, Nerón, el emperador que incendió Roma para culparlo, instándolo a continuar con el evangelio a pesar de la barbarie que pretendía extinguir el legado de Jesús, sus palabras fueron las siguientes: “Pero el Señor estuvo a mi lado, y me dio fuerzas, para que por mí fuese cumplida la predicación, y que todos los gentiles oyesen. Así fui librado de la boca del león.  Y el Señor me librará de toda obra mala, y me preservará para su reino celestial. A él sea gloria por los siglos de los siglos. Amén

Varón valiente era Pablo, hombre dotado de una fe y un coraje que lo hacia el temor de uno de los emperadores más temido en la historia; miedo que hoy en día, cerca de dos mil años más adelante continúa asediando los pueblos con la misma estrategia; borrar y callar el legado de Dios en la tierra: Realidad que me lleva a concluir que la historia de gobernabilidad en el mundo no ha cambiado más la forma de afrontarlo si debe cambiar asumiendo como cristianos la posición de Pablo, un varón que a pesar de sus limitantes como: vejez, ceguera y el exilio; ora, ayuna, alaba y hace todo lo que tiene que hacer para defender y expandir la obra de Jesús en la tierra.

En el aparte anterior; 2 Timoteo 4:16. Pablo es claro que, a pesar de haber sido desamparado, que a pesar de haber enfrentado su primer juicio solo, él perdonó la pasividad de su pueblo en asuntos cristianos, él continuaba exhortando a su pueblo en la misión de evangelizar, de llevar almas al cielo contra todo pronóstico cuando afirma: “En mi primera defensa ninguno estuvo a mi lado, sino que todos me desampararon; no les sea tomado en cuenta” en otras palabras: “Aunque me abandonaron no importa porque aquí o que cuenta es el legado de Dios”

Hermanos, el mundo ha enfrentado siempre el rigor del maligno, así ha sido y seguirá siendo y es deber del cristiano hacerle frente a esta maldad empuñando firmemente la espada de Jesús; tal como hizo Pablo; no más cristianos pasivos, es nuestro deber conformar bloques de defensa donde la oración, el ayuno, la alabanza y la Palabra de Dios sean nuestro evangelio porque el enemigo no descansa: Debemos sin duda alguna ser más misericordiosos, más bondadosos, más pacientes con mayor templanza y fe porque al temor solo se vence con amor tal como Pablo hizo con Nerón, legado de fe que bendice nuestros días.

Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio – (FJCG)

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