¿Pareciera que oras en Vano?
Pablo conocía la importancia de no cesar de clamar, orar y hacer rogativas en todo tiempo; lo hace mucho más explícito en 1 Timoteo 2: 1-8, pero en esta oportunidad estudiaremos tan solo el versículo 8, que dice así:
“Quiero, pues, que los hombres oren en todo lugar, levantando manos santas, sin ira ni contienda.”

¿Acaso les has pasado que sus oraciones parecieran que no pasan del techo? ¿Han sentido que, al parecer, Dios no los escucha? ¿Pareciera que oras en vano? ¿Han sentido que no vale la pena seguir orando? ¿Has pensado que Dios no tiene en cuenta tus plegarias?
Yo si lo he sentido algunas veces. Tengo que confesar que hace un par de meses empecé a orar por un tema específico para mí y para mi familia, pero no veía la respuesta como quería; eso mortificó mi corazón y me llenó de angustia. No entendía mucho lo que pasaba y me estaba llenando de frustración.

Acto seguido, le pregunté al Espíritu Santo si debía seguir orando, le dije que estaba cansada de no ver resultados y entendí varias cosas en sus respuestas durante un tiempo de intimidad: 1. Si lo que estoy pidiendo va de acuerdo con su voluntad no debe cesar mi oración 2. Debo sujetarme a la forma como el Eterno decida responderme 3. Dios siempre nos escucha, pero eso no quiere decir que responderá a nuestra manera poco espiritual de ver sus respuestas.

Pero lo más importante es que al llegar al trono de su gracia con mis rogativas debo pelear siempre porque mis manos estén santas delante de él (como dice el verso de hoy); esto quiere decir que debo estar cumpliendo sus mandamientos; debo estar en obediencia y luchando por vivir en ella.

Además, llegar hasta el lugar santísimo y secreto sin iras y contiendas en el corazón, porque son obstáculos para estar conectados con su voluntad; pero es preciso entender que cuando llegamos en desobediencia, en peleas y en enojos, nosotros no entendemos lo que quiere decirnos, nuestros sentidos no están alertas a su preciosa voz y empezamos a suponer lo que Dios nos quiere decir.

Es por eso por lo que debemos procurar, luchar y buscar estar en obediencia y saltar rápidamente las ofensas; porque eso nos permite estar verdaderamente conectados con el Padre, escucharlo nítidamente, entender sin dudar su voluntad y veremos respuestas a nuestras oraciones. Pero con la sujeción y confianza que lo que responda siempre será bueno.

Oro para que demos la buena batalla por nuestra consagración y santidad. Para que seamos hijos que luchan por obedecer a su Creador y por tener corazones limpios. En el nombre de Jesús. ¡Amén! 

Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (TAS)

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