“Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones. Afligíos, y lamentad, y llorad. Vuestra risa se convierta en lloro, y vuestro gozo en tristeza. Humillaos delante del Señor, y él os exaltará”. Santiago 4:6-10
En este tiempo de batalla, en los cuales somos como Iglesia constreñidos por el Espíritu Santo a clamar por nuestra nación, que desde los años de la conquista ha sido asediada por la codicia, es pertinente preguntarse qué hay detrás de ese deseo de gobernar para beneficio propio, preguntarnos ¿por qué después de tantos años seguimos como nación engañados por el oro el mundo, y con espejitos al igual que el pueblo precolombino, estamos siendo guiados a nuestra propia destrucción?
Claramente el corazón de esta nación fue engañado desde la época antigua, fue atrapado por un mover de avaricia y soberbia, que ha impedido que la paz se manifieste en esta tierra, desde los tiempos de la conquista cruel, la guerra de los mil días de inicios de siglo XX pasando por la violencia de mediados del mismo siglo, narcotráfico, grupos al margen de la ley, secuestros y una serie de acontecimientos que tomaría bastante traerlos a colación; estas consecuencias tienen un origen y es la falsa creencia de que el bienestar material y el reconocimiento público es el éxito del hombre.
Gracias a Dios por el mover de su Espíritu Santo que hace la diferencia, la biblia dice en Santiago 4:6 “Pero Él da mayor gracia”, el pueblo de Dios es la punta de lanza, si como Creyentes Colombianos entendemos que la mayor gracia de Dios está en llevar una vida humilde y sobria, podremos con éxito resistir a este mover demoniaco en medio de esta tierra; la purificación de nuestros corazones respecto a la necesidad del oro terrenal y el reconocimiento del mundo, nuestro arrepentimiento verdadero, hará que las lagrimas derramadas en esta nación con el derramamiento incesante de sangre se conviertan en gozo, el gozo del Espíritu Santo.
Hoy estamos siendo llamados a entender que de nuestro sometimiento a Dios dependerá la paz de esta nación, la mayor gracia es que su iglesia esté con sus manos limpias, firmes y libres del doble animo que invade la sociedad actual, a fin de estar a cuentas con el único capaz de restaurar esta nación.
Tiempo de hablar con Dios. Señor Jesús, gracias por hablarnos de maneta tan clara, hoy entendemos el fluir demoniaco que ha invadido desde la antigüedad nuestra amada nación y por tu gracia nos has dado la determinación de apartamos definitivamente de él, ayúdanos a amar lo sencillo, a ser humildes en ti, a procurar el oro del cielo, aquel que es eterno, hoy nos presentamos delante de ti, tu pueblo se humilla ante tu trono y confía en la exaltación verdadera que solo procede de ti. Amen.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (FJCG)
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