Judas 1:17-23 TLA: “Pero ustedes, queridos hermanos, acuérdense de lo que ya les habían dicho los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos les enseñaron que, en los últimos tiempos, habría gente burlona, que se dejaría controlar por sus malos deseos. Es esta clase de gente la que los obliga a pelearse y a dividirse, pues hace lo que quiere y no tiene el Espíritu de Dios. Pero ustedes, queridos hermanos, sigan confiando siempre en Dios. Esa confianza es muy especial. Cuando oren, dejen que el Espíritu Santo les diga lo que deben decir. Confíen todo el tiempo en el amor de Dios, y esperen el día en que nuestro Señor Jesucristo nos dará la vida eterna, pues él también nos ama mucho. Ayuden con amor a los que no están del todo seguros de su salvación. Rescaten a los que necesitan salvarse del infierno, y tengan compasión de los que necesitan ser compadecidos. Pero tengan mucho cuidado de no hacer el mismo mal que ellos hacen.”
Luego de la gloriosa resurrección de Jesús, el evangelio empezó a extenderse poderosamente, entre los discípulos de aquel entonces, se encontraron Sus hermanos, quienes llegaron a ser líderes entre las iglesias. Judas, uno de ellos, fue conocido como un misionero y por el estilo de sus escritos, se puede distinguir el profundo conocimiento que tenía de la palabra de Dios y de la literatura judía popular. Al enterarse de la fuerte crisis que estaba pasando la iglesia, decide escribir esta carta, con un encargo especial frente a la influencia de muchos líderes corruptos que estaban degenerando la doctrina de la Gracia.
Su manera vana de vivir mostraba un evangelio acomodado por cuanto pensaban que, al tener el Espíritu de Dios, su perdón era pleno y tenían la libertad de vivir a su antojo, especialmente en temas de dinero y sexo, rechazando así la verdadera autoridad de Jesús. Esta fue una advertencia que también estuvo en voz de Pedro, Juan y Pablo en su carta a Timoteo, haciendo eco de las palabras de Jesús durante su ministerio. Esta es una advertencia vigente frente a la multitud de personas que simpatizan con la iglesia, con las enseñanzas de la biblia, pero que realmente están alejados de tener una comunión verdadera con el Señor y con Su palabra.
La regla general de todo creyente es marcar la diferencia. Aquel que mantiene su intimidad con el Señor y con Su palabra, se distingue en cualquier entorno, porque en todo busca honrar al Señor. Tres grandes “PEROS” distinguen a un verdadero seguidor de Cristo de aquellos que acomodan las Escrituras a su vida pecaminosa, como lo mencionamos anteriormente.
“Pero ustedes… acuérdense de lo que ya les habían dicho los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Ellos les enseñaron que, en los últimos tiempos, habría gente burlona, que se dejaría controlar por sus malos deseos. Es esta clase de gente la que los obliga a pelearse y a dividirse, pues hace lo que quiere y no tiene el Espíritu de Dios.” No nos extrañemos ni nos sorprendamos porque tenemos personas llenas de carnalidad entre nosotros, que inclusive pueden burlarse de nuestra manera de vivir consagrada para el Señor, ellos sólo buscan generar contiendas para dividirnos, con nuestros otros hermanos en la fe, con el Señor y la verdad de Su palabra.
“Pero ustedes… sigan confiando siempre en Dios. Esa confianza es muy especial. Cuando oren, dejen que el Espíritu Santo les diga lo que deben decir. Confíen todo el tiempo en el amor de Dios, y esperen el día en que nuestro Señor Jesucristo nos dará la vida eterna, pues él también nos ama mucho. Ayuden con amor a los que no están del todo seguros de su salvación. Rescaten a los que necesitan salvarse del infierno, y tengan compasión de los que necesitan ser compadecidos.” Un verdadero creyente tiene su confianza robustecida en el Señor, la evidencia de su comunión con el Espíritu Santo es que lleva su vida con sabiduría, por tanto, ayuda con amor a otros, aquellos que no son tan fuertes aún y necesitan apoyo porque realmente aman al Señor, porque han mostrado frutos dignos de arrepentimiento y se encuentran apenas edificando su casa en Cristo, somos como unos guardianes que con gran celo deben pelear para que la confusión no los haga desistir de su propósito.
“Pero tengan mucho cuidado de no hacer el mismo mal que ellos hacen.” Un verdadero creyente jamás divide ni genera contiendas, no es una piedra de tropiezo para otros, sino que ayuda a edificar en la verdad de la palabra de Dios. Entonces, ¿somos de aquellos que marcan la diferencia?.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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