El Señor es mi pastor; nada me falta. En verdes praderas me hace descansar,
a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre. Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza. Salmo 23:1-4 DHH.
El Salmo 23 es la manifestación cantada más clara y concisa de un renacer intimo en Dios, es este Salmo el más nombrado, el más citado en literatura y otras expresiones del arte ya que evoca el momento exacto de la renuncia a la carne para reencontrarnos con la senda de luz que nos lleva a Dios. Es por esta razón que se convirtió en el canto más representativo y esperanzador en medio de la tribulación y la muerte, ya que muestra los prodigios de una vida en Dios sin el temor y la duda que preceden a una vida en la carne tal como lo manifiesta su Salmo anterior, el 22, canto que es comparado en su lirica con la angustia que experimentó Jesús instantes previos de su muerte en la cruz: “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?,¿por qué no vienes a salvarme?,¿por qué no atiendes a mis lamentos?” Salmo 22:1 DHH, es esta la razón por la cual el Salmo 23 se convirtió en una expresión de gozo, en un canto de esperanza, en un amanecer perpetuo en luz después de una vida de oscuridad y tinieblas.
Admiro con profundo respeto la convicción con la que David compuso esta tonada ya que podemos notar que puntualiza una relación estrecha con Dios a título personal cuando afirma: “El Señor es mi pastor; nada me falta” Salmo 23:1 DHH; mío mi Señor, mío mi Pastor, esto hace referencia a la ausencia absoluta de “duda” cuando se refiere a quien guía sus senderos, quien abastece, protege y dio hasta su vida por amor. La versión Bíblica de Dios Habla Hoy hace referencia a que si entrego mi vida a Dios como Pastor: “nada me falta”, la versión Reina Valera 1960 se refiere a este versículo en futuro: “nada me faltará.” No me inclino por ninguna de las dos más sí adopto ambas versiones a sabiendas que la confianza en Dios debe ser un asunto de hoy, mañana y siempre.
La función del buen pastor es conducir a sus ovejas por verdes praderas, que a la luz de la Palabra verdes y jugosos brotes son las Escrituras: renovadas, siempre frescas, tiernas y fácil de digerir para aquellos en el redil que escuchan y obedecen su llamado; si como ovejas así lo hiciésemos, llevados seremos por la Gracia de Dios a completar nuestra ingesta espiritual y terrenal bebiendo de tranquilas fuentes, aguas serenas, adquiriendo así la mansedumbre que nos conduce por caminos rectos dando honra a mi pastor por donde quiera que sus senderos me conduzcan: en amor y al servicio de mi prójimo, tal como lo cantaba el rey David: “En verdes praderas me hace descansar, a las aguas tranquilas me conduce, me da nuevas fuerzas y me lleva por caminos rectos, haciendo honor a su nombre” Salmo 23:2-3 DHH
“Aunque pase por el más oscuro de los valles, no temeré peligro alguno, porque tú, Señor, estás conmigo; tu vara y tu bastón me inspiran confianza” Salmo 23:4 DHH. Aquí acontece algo curioso si contrastamos nuevamente las versiones descritas, ya que la versión Dios Habla Hoy hace referencia a “el más oscuro de los valles” mientras que la Reina Valera 1960 se refiere al “valle de la sombra de la muerte,” por lo cual reitero y concluyo que las versiones se complementan a efecto que “sombra y oscuridad” son semejantes y se aclaran con Luz, más una hace referencia a la muerte, a la sombra de la muerte, riesgo implícito a abandonar de este mundo y cuyo temor se disipa a sabiendas que caminamos por las sendas de Dios confiados en su vara y su bastón, sello que indica que aunque la vida tienda a extinguirse por vejez, o por circunstancias propias de la misma vida; ha valido esta la pena a efecto de haber optado previamente por el camino estrecho que conduce a Jesús.
Señor, te damos gracias oh Dios por permitirnos comprender el valor incalculable de este canto hermoso de David, el Salmo 23, tan coreado y reverenciado en el tiempo, que muestra de una forma esplendida los privilegios de adentrarse profundo en el reino de Dios de la mano de nuestro Pastor Jesucristo. Permítenos, Señor, comprender tu Palabra impresa en las Escrituras cual oveja que se alimenta de tus mejores pastizales, danos la mansedumbre que proviene de tu fuente divina para continuar por tu senda de paz inclusive si atravesamos hoy por valles oscuros de sombra y de muerte sin el más mínimo temor, confiando en tu promesa, en tu vara y tu bastón que inspira en mí una confianza sin fin te lo pedimos y suplicamos Señor Amén y amén.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (FJCG)
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