“Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza. ¡Alabadlo, bendecid su nombre!, porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones.” (Salmos 100 RVR95)
Dentro de nuestra naturaleza humana tenemos arraigado en el carácter que es necesario recibir algo para retribuir, por ello escuchamos frases como: “así como me tratas te trato, así como recibo, doy”, nos gusta esperar hasta recibir una respuesta, de lo contrario seguimos por nuestra cuenta, concentrados en nosotros mismos, nuestro enfoque está en lo que nos sucede o en lo que nos rodea, sin embargo, en el mundo espiritual es diferente.
En el salmo 100 podemos aprender una regla básica pero trascendental y poderosa para la vida de un creyente. El escritor de este salmo nos muestra que el llamado a la gratitud es para todos los habitantes de la tierra, “todo lo que respire alabe al Señor” (Salmos 150:6). Y una de las formas de expresar nuestro agradecimiento es a través de cánticos llenos de alegría, una forma de alabanza para Dios.
Así como todo lo que habita en la tierra debe alabar a Dios, también debe servirle y hacerlo con alegría. En este salmo aprendemos cómo debemos entrar en la presencia de Dios: con regocijo. Este sentimiento es fácil de expresar cuando todo a nuestro alrededor es bueno, sin embargo, ¿qué pasa cuando las circunstancias son adversas o estamos viviendo un momento de pérdida? La respuesta no cambia, aunque nuestras expresiones no pueden estar cargadas de tanta emotividad, si pueden tener una actitud de gratitud, porque el gozo del creyente no es circunstancial, no depende de nada humano y esa es la diferencia entre un creyente y un inconverso porque la fuente del gozo es El Señor, él es la única esperanza aún después de la muerte.
El tiempo de alabanza está caracterizado por la alegría, es un tiempo para estar alegres, sin embargo, el salmista no nos habla de una motivación derivada de algo en especial que ha pasado en su vida, de una respuesta ante algo que estaba esperando, de una victoria luego de una batalla, de una provisión especial, de una sanidad, no. Simplemente, porque reconocemos que “Jehová es Dios” y por cuanto nuestro enfoque es Él, somos conscientes que “él nos hizo y no nosotros a nosotros mismos”, por tal razón, le pertenecemos. Aquí no hay lugar a teorías evolucionistas, el Dios creador nos hizo: “porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús…” (Efesios 2:10). Entonces, la alabanza tiene un único enfoque: Dios, y por cuanto Él es Dios podemos ver todas las cosas de una manera muy diferente a pesar de las circunstancias.
Este salmo, considerado como una exhortación a la alabanza nos insiste: “entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza. ¡Alabadlo, bendecid su nombre!”. Aquí no hay razones para alabar, la razón es El. La ventaja que tenemos ahora, va mucho más allá de lo que pudo experimentar el salmista porque nosotros podemos ir más allá de los atrios, más allá de la puerta, más allá del tiempo de espera mientras otro realiza el sacrificio (el sacerdote), porque tenemos el espectro completo: Cristo, nuestro sacrificio vivo se ofreció por nosotros para que no hayan intermediarios, ahora gracias a él podemos ir directo a la presencia del Padre para alabarle, para contemplarle, simplemente porque El ES, “porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su fidelidad por todas las generaciones.”
Tiempo de Hablar con Dios: Padre bueno, vengo delante de Ti con un corazón agradecido, entro a tu presencia en este día con gratitud porque eres Dios, porque por tu misericordia vivo este día, porque gracias a tu fidelidad sigo en pie. Gracias porque me creaste, con tu mano me hiciste y sólo puede alabarte y bendecir Tu Nombre, no necesito más razones, sólo quiero alabarte hoy porque eres y siempre serás Dios.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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