Jeremías 29: 4-7 RVR1960: “Así ha dicho Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, a todos los de la cautividad que hice transportar de Jerusalén a Babilonia: 5 Edificad casas, y habitadlas; y plantad huertos, y comed del fruto de ellos. 6 Casaos, y engendrad hijos e hijas; dad mujeres a vuestros hijos, y dad maridos a vuestras hijas, para que tengan hijos e hijas; y multiplicaos ahí, y no os disminuyáis. 7 Y procurad la paz de la ciudad a la cual os hice transportar, y rogad por ella a Jehová; porque en su paz tendréis vosotros paz”.
La cautividad que vivió el pueblo de Israel en Babilonia es un lugar que, como dice la palabra en el verso 4 y 7, el mismo Dios los llevó, los transportó y les permitió vivir allí por largo tiempo. Ante estos tiempos de disciplina y trato que recibieron, podríamos preguntarnos, ¿acaso Dios es cruel?, ¿acaso no son sus escogidos?, ¿por qué deja que pasen por eso?
Pero si revisamos la historia de nuestros hermanos mayores, los Israelitas, era necesario llegar hasta ese lugar, su fe y el verdadero motivo de su adoración se había desviado; además, se habían ocupado tanto de sus propias necesidades y comodidades, que olvidaron ponerle corazón a su servicio a Dios, por tanto, era una forma de moldear su corazón y llevar a Jehová nuevamente al primer lugar.
¿Le suena familiar? ¿Le ha pasado? Pues a mí sí; hay lugares desérticos, de dificultad y de prueba a los que el mismo Espíritu de Dios me ha llevado, para que mi corazón sea transformado y para que las prioridades den un vuelco.
Asimismo, en esta porción de la escritura, el profeta Jeremías le hace una invitación a ese remanente que está en ese nuevo territorio y parece un mandato extraño, pero les dice que allí mismo donde están siendo tratados busquen LA PAZ; reconcíliense con ese lugar que es necesario para su crecimiento espiritual, no más peleas de por qué están allí, porque sin duda era necesario.
¿Con qué lugar que nos ha llevado Dios debemos reconciliarnos? ¿Hemos entendido que estar allí también está bajo su voluntad buena, agradable y perfecta? ¿Sabemos que allí también es posible estar en PAZ?
Oro por usted y por mí, por vivir en serio en la voluntad de Dios, por aceptarla sin temor y en amor. ¡En el nombre de Jesús! Amén
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (TAS)
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