Salmos 8:3-4: “Cuando veo los cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú formaste, digo: ¿qué es el hombre para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre para que lo visites?
¡Qué bueno es terminar nuestra semana de devocionales reconociendo la grandeza de Dios!
Una de las cosas que nos hace ser conscientes de la majestuosidad de nuestro Señor es contemplar Su creación. Reconocer que todo lo que hay, en esta tierra y fuera de ella fueron obra de un único arquitecto, Dios.
“Todo lo que respira alabe al Señor. ¡Aleluya!” (Salmos 150:6 NBLA)
Y cada cosa en el universo tiene su lugar, porque fue hecho de manera minuciosa y delicada, quizá por eso David no dijo obra de tus manos, sino obra de tus dedos, como cuando un experto pinta o decora con dedicación una pieza de arte. Esta sensibilidad de un adorador lo llevo a entender que la creación tiene una función, llevar al Creador y a aquel por quien fueron hechas TODAS las cosas, Jesucristo.
“En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.” (Juan 1:1-2)
Cuando somos conscientes que el mundo no gira alrededor nuestro, sino que realmente ocupamos un lugar insignificante, no tenemos una opción diferente que reconocer nuestra vileza ante Su gran majestad, “¿qué es el hombre para que tengas de él memoria?” Realmente no somos dignos de nada, pero Dios nos lo ha dado todo en Su Hijo, por quien existe todo. Es increíble que para algo tan pequeño como yo dentro de un universo tan inconmensurable, Dios haya entregado lo más hermoso, su propio Hijo.
Este salmo mesiánico (que hace referencia a Cristo y es explicado en el Nuevo Testamento) me lleva a reconocer que todo lo que soy viene de él, así como sus dedos formaron cada estrella del firmamento, cada uno de nosotros fue entretejido en el vientre por los mismos dedos que hicieron el universo.
“No estaba oculto de Ti mi cuerpo, cuando en secreto fui formado, y entretejido en las profundidades de la tierra.” (Salmos 139:15 NBLA)
Si todo fue hecho por el Verbo, todo necesita volver al Verbo, todo necesita del Verbo, la razón de su existencia está en él.
Hoy no solo debo reconocer mi posición ante el Magnífico Dios de la creación, sino la razón por la que estoy aquí, por el Verbo que era desde el principio, el Verbo que era con Dios, el Verbo que se hizo carne, este Verbo, Jesucristo: ¿también ha nacido en mí? ¿Se ha hecho vida en mí, vive en mí? Y yo, ¿vivo por el Verbo?
Tiempo de Hablar con Dios: Que bueno es alabar y exaltar Tu Majestad Rey, que bueno es reconocer que no somos producto de algo inesperado en el universo, sino que cada detalle hermoso de toda la naturaleza y el firmamento fue hecho por Tu mano Dios, nuestro Arquitecto. Te reconocemos como nuestro Creador y Dios, reconocemos que existimos por una sola razón: Cristo, ayúdanos a hacerlo vida en todo lo que somos porque todo fue hecho por El. Te amamos Dios, te amamos Jesús, te amamos Espíritu de Dios que nos diste el aliento de vida. ¡Que todo lo que respira te alabe! Amén.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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