Lucas 4:8 RVR95: «Respondiendo Jesús, le dijo: Vete de mí, Satanás, porque escrito está: «Al Señor tu Dios adorarás, y solo a él servirás»».
La palabra de Dios está llena de promesas. Todos recordamos al menos una que nos fue dada a través de alguien; es bueno que sepas que toda la Biblia es un regalo de Dios para sus hijos y para la humanidad.
En lo personal recuerdo una palabra que sanó mi corazón y alejó los pensamientos que me atormentaban sobre una muerte temprana de mi hija. Dios me dijo a través de mi Pastora: “Lo mismo pasa con ustedes: Dios sabe hasta cuántos cabellos tienen. Por eso, ¡no tengan miedo! Ustedes valen más que muchos pajaritos.” (Lucas 12:7 TLA). A esta palabra me aferro cada vez que el enemigo quiere infundirme el mismo temor.
Lo curioso es que, cuando llegamos al desierto se nos olvidan nuestras promesas y empezamos a dudar de la fidelidad de Dios, lo empezamos a ver tardío, no entendemos su amor y a veces hasta desconfiamos de su misericordia. En esos momentos siempre será una buena estrategia recordar: ¿qué está escrito de tu vida?, ¿qué te dijo Dios sobre tu situación que en pasadas oportunidades te ha ayudado a confiar en Él nuevamente? Es hora de sacar a la luz nuevamente tus promesas y leerlas, es hora de pasar de creer en Dios a creerle a Dios.
Es momento de cerrar tus oídos a las mentiras de satanás y de tu mente, que aprovechan estos momentos para debilitar tu fe. 1ra Pedro 5:8-9 TLA nos dice: “Estén siempre atentos y listos para lo que venga, pues su enemigo, el diablo, anda buscando a quien destruir. ¡Hasta parece un león hambriento! Resistan los ataques del diablo; confíen siempre en Dios y nunca duden de él. Ya saben que en todo el mundo otros seguidores de Cristo están sufriendo como ustedes.” Mientras Jesús estaba en el desierto, satanás pretendió con las escrituras manipularlo y tentarle, pero no había sombra de duda en él y citando las escrituras lo venció, enseñándonos que necesitamos conocer su palabra para poder vencer a nuestro adversario que ha venido para manipularnos, confundirnos y engañarnos.
Es bueno que identifiques ¿de dónde vienen las palabras que escuchas en tu mente acerca de tu situación? Si estás pensando que la promesa que te hizo Dios no se cumplirá, necesitas retomarla, creerla y declararla con la autoridad que tienes como hijo del dado de las promesas y callar esas voces, como lo hizo el Jesús cuando satanás quiso manipularlo, Él le respondió: ¡ESCRITO ESTÁ!, y con esta respuesta le estaba dando el nombre con el cual lo conoceríamos: el engañador.
Cuando oramos ESCRITO ESTÁ y proclamamos nuestra promesa, estamos diciéndole al engañador que la única verdad que reconocemos está en las escrituras. Dice:1ra Juan 4:4 RVR95: «Hijitos, vosotros sois de Dios y los habéis vencido, porque mayor es el que está en vosotros que el que está en el mundo.»
Hoy entrégale tu mente y tus pensamientos a Jesús, permítele reconquistar cada pensamiento y esa parte de tu vida que aún sigue siendo influenciada por el engañador. ¡No lo oigas! es tiempo de echar fuera esa voz y declarar con tu boca lo que ya Jesús escribió de tu vida! Entonces, amado y amada, nuevamente pregunto, ¿qué está escrito de tu vida?
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (GVO)
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