¿por qué si somos tantos los que proclamamos a Dios; el mundo marcha como si fuese en reversa? La respuesta de parte del Señor me fue muy clara: La falta de Unidad es la razón. La separación en medio de los hijos de Dios es la culpable de que el Reino de Dios no alcance toda la tierra, Juan 13:35 dice “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”.
Teniendo en cuenta lo anterior, es lógico que el afán del enemigo sea separarnos, su obsesión tan efectiva en estos tiempos de conectividad, a sabiendas del poder de la unidad, una unidad en Cristo; hoy comprendo a mi padre terrenal cuando usando un refrán popular intentaba explicar lo anterior diciendo: -vea mijo: ”En gavilla; hasta el diablo pierde”.
Cada Creyente debe reconocerse impotente sin la Unidad, pues hace parte de un solo cuerpo, con características diferentes sí, pero su eficacia depende directamente del funcionamiento de sus hermanos, de tal manera que en soledad no podrá jamás lograr su propósito en Dios.
El mundo nos divide por país, región, raza, genero, condición especial; por mi forma de pensar, por mi edad, estrato socioeconómico, profesión, gustos, preferencias; por cómo visto o cómo camino, bailo, corro, salto, etcétera, la lista es interminable; son tantas las barreras que pretenden opacar que tenemos en común lo más importante y determinante: el Salvador de nuestras vidas: Jesucristo. Nuestro adversario el diablo es el abanderado de la malintencionada maniobra: “Divide y vencerás”, sabe que un individuo solitario es presa fácil para su destrucción, por eso trabaja arduamente para destruir las relaciones en nuestras vidas, rompiendo nuestra identidad como ovejas del Buen Pastor, menoscabando nuestra autoestima y engañándonos para que no sintamos que tenemos un lugar en medio de la familia de Dios.
1 de corintios 12:14-26 “Además, el cuerpo no es un solo miembro, sino muchos. Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato? Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros”.
Hermanos, todos nos necesitamos para avanzar, la Unidad es la única opción para llevar a cabo la gran comisión, la plaga de tendencias y vertientes mundanas lo que pretenden es fomentar la división, la exclusión y la acusación. Practiquemos la unidad en cristo, recordemos que lo que nos une es lo más fuerte, suturemos con los hilos del Amor la brecha que nos han querido implantar, practiquemos el perdón y la reconciliación a pesar de nuestras diferencias, cambiemos rechazo por amor y veremos descender la gloria de Dios sobre la tierra.
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio (FJCG)
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