Me encanta ver cómo Dios, con amor, nos hace entender y caer en cuenta que Él es Todopoderoso y que si estamos donde estamos no es por nuestras fuerzas sino por su poder, su misericordia, su bondad y porque así lo ha querido.
En medio de este pasaje se ve cómo David, en ese limitado pensamiento humano, como lo es el de todos nosotros, creyó en su corazón poder hacer casa a Dios “por lo precario de la tienda en la que habitaba”, cosa que a simple vista no está mal, porque de hecho dice la palabra en el verso 12 y 13, que uno de su linaje refiriéndose a Salomón, “edificará casa a mi nombre”, pero creo que la motivación con la cual se pretendía hacer, no era la adecuada y como Dios no ve lo que ven nuestros ojos, sino mira más profundo, el corazón, por ello Dios lo lleva a recordar de dónde ha salido y la casa que Él le ha edificado para David y la que ha edificado para todos nosotros. En ese punto al que Dios llevó a David y al que a muchos de nosotros nos trae con amor, es donde, nos hace caer en cuenta de todo esto, de la posición que Dios me ha regalado y a veces creer que la he adquirido por mérito propio, del talento otorgado y cree que es por lo bueno que soy, en ese punto lo único que resta es alabar, porque Dios es bueno y para siempre es su misericordia, porque nos ha tomado de lo vil y menospreciado para servirle, para honrarle, bendecirle y simplemente porque a Él le ha placido utilizarnos para su obra.
Dice David, en pocas palabras, ¿Que puedo añadir yo ante tu presencia, si ya todo lo conoces de mi? y creo que muchos de nosotros hemos llegado a decir esta frase y a sentirnos así ante Él, sin embargo, se que Dios ama el que nos acerquemos con nuestra boca llena de su alabanza. Amada iglesia nosotros alabamos a Dios por sus proezas, sus virtudes, su misericordia que a diario es nueva, su poder, su benignidad, su amor, etc. Dice 1 pedro 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable; de Dios es la alabanza y Él llena nuestra boca con ella para que proclamemos y anunciemos estas virtudes, de las cuales hemos podido disfrutar todos nosotros día tras día.
Por último, el señor me ha enseñado que una de las expresiones de alabanza, es con nuestra voz y acá no se habla de cantar, sino de reconocer sus proezas en un tono como el de una conversación, tal y como lo hizo David con Dios ante su presencia a partir del verso 18 y la invitación es que por ningún motivo nos perdamos de la bendición de alabar a nuestro Dios, pensando que no canto o que no toco un instrumento, porque estas son de las últimas formas de expresión que Dios ha regalado y no olvidemos de donde nos ha sacado Dios para hacernos sentar en lugares que solo Él podría dar, amén.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (MO)
#mimetaesalabar
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