“Dios me envió delante de vosotros para que podáis sobrevivir sobre la tierra, para daros vida por medio de una gran liberación. Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre del faraón, por señor de toda su casa y por gobernador en toda la tierra de Egipto.” (Génesis 45:7-8 RVR95)
Este es uno de los momentos más emocionantes en la historia de José. Durante la temporada de hambruna que sufrió la tierra, Dios tenía a José en un lugar estratégico, él estaba cumpliendo el propósito de Dios para sí. Después de todas las adversidades que tuvo que sufrir por causa de sus hermanos, tenía en frente la posibilidad de cobrar todo el daño que le habían causado, sin embargo, sus palabras estuvieron llenas de amor, compasión y restauración para su familia. José habló como un hombre que ya había comprendido el propósito de todo lo que había vivido.
Me pregunto, si tuviéramos la oportunidad de estar frente a las personas que más nos han causado daño en nuestra vida, que como vemos pueden ser parte de nuestra familia, ¿qué actitud tendríamos? ¿saldría el José moldeado y entendido del propósito de Dios? O, ¿podríamos hacer un asado con toda la “carne” manifiesta en ese momento?
José fue restaurado para restaurar, tú y yo hemos sido restaurados para restaurar. “Dios me envió delante de vosotros para que…”,¿qué puedo escribir hoy? Hoy, puedo tener una respuesta a todo lo que he vivido y sufrido y decir con seguridad para… si aún no tienes el detalle de la respuesta te puedo ayudar con algo: ¡para restaurar!
Y tal vez te preguntarás, ¿restaurar qué? El amor entre pareja, familia, amigos y compañeros que se perdió, el amor de Dios manifestado en perdón, sanidad del corazón, el amor que da las Buenas Nuevas, que venda el corazón quebrantado, que ayuda a traer la vista a los ciegos que no pueden ver que Jesús los ama, el amor que predica el año agradable del Señor.
“Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto…”José no sólo entendió el para qué, el propósito de su proceso, sino que vivió en él. Entender el para qué y vivir en el propósito de Dios nos permite levantarnos y decir, esto que he vivido, este dolor, está ofensa, está tribulación, este tiempo de espera no ha sido en vano en las manos del Dios que ama, aun lo que el enemigo planeó para mí mal Dios lo ha convertido en bien para que yo sea edificado y de fruto de El en mi carácter. Ha sido Dios el que me ha puesto aquí y me tiene aquí porque es Soberano y nada se sale de sus manos.
“En fin, vivan en armonía los unos con los otros; compartan penas y alegrías, practiquen el amor fraternal, sean compasivos y humildes.” (1 Pedro 3:8 NVI)
Tiempo de Hablar con Dios: Padre bueno, gracias por José, porque pasan los años y su vida me sigue edificando, ayúdame a entender, asimilar y actuar con la convicción de tu propósito en todo lo que he tenido que vivir, sabiendo que hasta aquí me has traído y me has sostenido, quiero responder con tu amor y no con mi carne cuando tenga la oportunidad de encontrarme con aquellos que se han cruzado en mi vida para ayudar a moldear el carácter de Cristo en mí. En el nombre de Jesús, amén.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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