Seamos Hijos Íntegros
Job 31:5-15 RVR 1960: “Si anduve con mentira, y si mi pie se apresuró a engaño, péseme Dios en balanzas de justicia, y conocerá mi integridad.  Si mis pasos se apartaron del camino, Si mi corazón se fue tras mis ojos, y si algo se pegó a mis manos,  Siembre yo, y otro coma y sea arrancada mi siembra.  Si fue mi corazón engañado acerca de mujer, y si estuve acechando a la puerta de mi prójimo,  Muela para otro mi mujer, y sobre ella otros se encorven.  Porque es maldad e iniquidad que han de castigar los jueces.  Porque es fuego que devoraría hasta el Abadón, y consumiría toda mi hacienda.  Si hubiera tenido en poco el derecho de mi siervo y de mi sierva, cuando ellos contendían conmigo,  ¿Qué haría yo cuando Dios se levantase? y cuando él preguntara, ¿qué le respondería yo?  El que en el vientre me hizo a mí, ¿no lo hizo a él? ¿Y no nos dispuso uno mismo en la matriz?”
 
Este capitulo del libro de Job es una proclama de su integridad, en respuesta a los señalamientos de sus amigos que afirmaban que Dios envía calamidades sólo a los malvados. Este tipo de comentarios no están lejos de nuestra realidad; hay quienes creen que existe un Dios que bendice a quienes bajo argumento del mundo son buenos y maldice a los malos. Esa afirmación es completamente antibíblica.
Job, fue un hombre recto y en su argumento lo deja claro. El versículo 5 dice específicamente que Dios juzgue la integridad de su corazón. Si bien, Job sintió injusticia de Dios por su sufrimiento y humillación en algún momento, sabía que esto no había sido a causa de su pecado. Job no tuvo miedo de ser pesado en las balanzas de justicia de Dios porque entendía que es mejor que nuestros actos hablen por nosotros.
 
La integridad es la base sólida sobre la cual se fundamenta nuestro carácter que debe ser cada vez mas parecido al de Cristo. Si esa base no es sólida, lo que sea que se edifique sobre ella, no podrá soportar el peso de los atributos de Cristo en nosotros.
 
¿De qué nos sirve hacer cosas aparentemente buenas si no provienen de un corazón verdaderamente integro?
 
Si no procuramos un corazón y en general una vida integra, difícilmente podremos forjar el carácter de Cristo en nosotros.
 
Este tiempo ha sido de purificación del corazón de los hijos de Dios, por eso ha sido necesario pasar por procesos dolorosos en los que sentimos que se nos está siendo arrancado todo; sin embargo, Dios en su misericordia y amor infinito, poco a poco ha venido reemplazando todo lo que arrancó con fundamentos de integridad.
 
Dios nos puede bendecir, de hecho, lo hace en todo tiempo, pero no será mayor la recompensa hasta que sea formado su carácter en nosotros sobre el fundamento de una vida verdaderamente integra, y consecuentemente vivamos una vida de fe conforme al propósito de Dios en nosotros.
 
Entonces tenemos dos opciones, podemos aprovechar el momento y dejar que el Señor siga formando en nosotros vidas integras, o convertirnos en simples títeres de nuestro entorno.
 
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (DS)
#MimetaesEnseñar
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