Salmos 46:1-11 RVR1960: “Dios es nuestro amparo y fortaleza, nuestro pronto auxilio en las tribulaciones.
Por tanto, no temeremos, aunque la tierra sea removida, y se traspasen los montes al corazón del mar; aunque bramen y se turben sus aguas, y tiemblen los montes a causa de su braveza. Selah
Del río sus corrientes alegran la ciudad de Dios, el santuario de las moradas del Altísimo. Dios está en medio de ella; no será conmovida. Dios la ayudará al clarear la mañana. Bramaron las naciones, titubearon los reinos; dio él su voz, se derritió la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob. Selah
Venid, ved las obras de Jehová, que ha puesto asolamientos en la tierra. Que hace cesar las guerras hasta los fines de la tierra. Que quiebra el arco, corta la lanza, y quema los carros en el fuego. Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra. Jehová de los ejércitos está con nosotros; nuestro refugio es el Dios de Jacob”.
Los momentos de tribulación, amargura, sinsabor, dificultad, ¿quién los espera, los anhela o los aguarda?, sin dilación alguna diré que nadie los aspira, son escenarios de la vida en los cuales vivimos verdaderos dilemas, encrucijadas y conflictos morales, situaciones tan desesperanzadoras que nos hacen temblar en lo más íntimo de nuestro espíritu, nos llenan de cuestionamientos, ¿POR QUÉ? ¿EN QUE MOMENTO? ¿CÓMO LLEGUE HASTA AQUÍ? ¿VALE LA PENA CONTINUAR?, y un millón de preguntas más. Dios conoce estos escenarios de desolación, ÉL SIEMPRE SABE, su omnisciencia nos alcanza a través de su palabra. El salmista conocía el sentimiento descrito, él lo estaba experimentando y su mirada entiende que DIOS ES SU AMPARO Y FORTALEZA, esto es, Él está en esa circunstancia, no se va, se acuerda de nosotros, nos tiene en sus pensamientos y sabe lo que vivimos, pero también comprende que ese es justo el contexto en el cual la VALENTÍA debe salir a flote, es un tiempo para ser AGUERRIDOS e INTRÉPIDOS, es maravilloso como nos lleva a razonar sobre la importancia de la BRAVURA ESPIRITUAL en los tiempos PROBLEMÁTICOS de la vida, son periodos para sacar la CASTA ESPIRITUAL de la que estamos hechos.
Meditar sobre esto y entender que el amparo de Dios sobre nuestra vida, debe estar acompañado de una actitud valerosa y arrojada, es algo que sin duda requiere una reflexión profunda, que el fruto de la tribulación es sin fluctuación ninguna hacernos FUERTE, así como Dios es FUERTE, llevarnos a la “medida de la estatura de la plenitud de Cristo”. Pareciera contradictorio, pero en lugar de una actitud triste, afligida y acongojada, el salmista señala hacia una actitud enérgica, briosa y recia, en la cual el TEMOR, la APREHENSIÓN y la DESCONFIANZA no tienen cabida.
Pero eso no es todo, así como Jerusalén, somos tierra SANTA Y ABONABLE para Dios, Él se pasea en medio de esos momentos en donde la incomprensión y la duda se apoderan de nuestro ser, Él nos rodea y nos envuelve, porque ese desconsuelo que creemos interminable TIENE FIN y para demostrarlo, el salmista se refiere a DIOS como JEHOVÁ DE LOS EJÉRCITOS, porque su Espíritu en nosotros lucha contra la dubitación, las ganas de no seguir, de rendirnos y de “tirar todo por la borda”, lucha contra esos momentos de no querer levantarnos, de absoluta incertidumbre, y lo mejor de todo es que nos promete SU VICTORIA SOBRE NOSOTROS MISMOS, porque no hay guerra que pierda, en Él esa batalla tiene un solo destino, SU TRIUNFO sobre nuestra debilidad.
Permítanme para finalizar esta meditación de la perfecta e incontrovertible palabra de Dios, traer un consejo que mi papá terrenal siempre me ha dado “hija no hay nada más hermoso que esperar”, resulta que, a la única de sus hijas a la que le hace esta exhortación es a mí, y tiene todo el sentido cuando lees un texto como el que estamos razonando. ESPERAR es una actitud activa porque mientras estamos quietos en nuestras emociones, impulsos y deseos, producimos frutos espirituales y físicos que nos llevan a la certeza de que veremos “quien es Dios en nuestras vidas” y cómo su gloria resplandecerá en nuestro contexto de tribulación, así que esperemos confiadamente mientras experimentamos más de Él y menos de nosotros.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (PHM)
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