Seguir sus Mandamientos: garantía de vida y paz
Buenos días familia hermosa de Casa de Refugio, para el devocional del día de hoy quise extraer tres apartes de las Escrituras que nos hablan del gran secreto para preservar la salud en nuestros cuerpos, para vivir largos y buenos años. Comencemos con los dos primeros, Proverbios 3:1-2 NVI “Hijo mío, no te olvides de mis enseñanzas; más bien, guarda en tu corazón mis mandamientos. Porque prolongarán tu vida muchos años y te traerán paz” y el segundo, Proverbios 3:7-8 NVI “No seas sabio en tu propia opinión; más bien, teme al Señor y huye del mal. Esto infundirá salud a tu cuerpo y fortalecerá tus huesos”
 
Debido a los últimos acontecimientos personales, en cuanto al quebranto de mi salud, gracias a Cristo ya superado, medité mucho en cuanto al valor de la vida y la salud, concluyendo que es necesario que con sabiduría divina dejemos de considerarnos sabios en nuestra opinión y le permitimos al Señor  Jesús ser el verdadero guía y  aval de cada detalle de nuestros días. La longevidad es una promesa para aquel que no se olvida de las enseñanzas del Padre Celestial y las atesora en su corazón; esa certeza es de gran bendición para no dar pasos en falso y permanecer en la fe de su protección, pues es él quien nos defiende, pues es su cobertura la que nos hace vencedores ante el enemigo e inalcanzables a su perversidad.
 
Cuando seguimos los mandamientos de Dios Él infunde fortaleza a nuestros huesos, es decir; la fuerza y el ímpetu no nos abandonan por su misericordia, una vida en el orden de Jesús es renovada día a día a través del Espíritu Santo, permaneciendo en esa salud tan anhelada. ¿Queremos vivir más y mejores años? ¿queremos prolongar nuestras vidas en paz?, o, en otras palabras; ¿deseamos infundir salud a nuestros cuerpos fortaleciendo nuestros huesos como exhorta Proverbios 3? Pues tome nota hermano porque la respuesta es espiritual, y solo se alcanza cuando asumimos con sinceridad las Enseñanzas de nuestro Padre, cuando guardamos en nuestro corazón sus mandamientos, cuando tememos al Señor y huimos del mal.
 
Que la vida tiene momentos difíciles; por supuestos que sí, esos son ineludibles, pero he aprendido que es allí cuando debemos agarrarnos más fuertemente de su mano Poderosa, simple y llanamente porque es cuando más la necesitamos; debemos ser nobles y humildes y asumir su corrección con gozo a sabiendas que estos instantes nos va a permitir ser mejores individuos, unos que reflejan el carácter de Jesús en sus vidas tal como lo afirma nuestra tercera escritura, Proverbios 3:11-12 cuando dice: “Hijo mío, no desprecies la disciplina del Señor ni te ofendas por sus reprensiones. Porque el Señor disciplina a los que ama, como corrige un padre a su hijo querido.
 
Abrimos nuestros corazones a ti Señor para que los permees con tu voluntad, danos Padre la sabiduría de entender tu consejo haciéndolo parte fundamental de nuestras vidas tan rápido como sea posible, renueva nuestros hábitos por unos impregnados de tu esencia; de tu carácter oh Jesús, y danos la salud y los medios para alcanzarla, te lo rogamos Señor Amen.
  
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de Refugio- FJCG

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