Serie: Esfuerzo y Valentía (I)

Josué 1:9 RVR1960: “Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.”

Hay una oración que me ha acompañado todas las mañanas desde muy niña, empieza diciendo: “Buenos días Señor ayúdame a empezar este día porque es un nuevo reto, una nueva misión, ayúdame a empezarlo con entereza.” Hasta hoy entiendo que en mi oración diaria le estaba pidiendo a Dios valentía. El Señor nos invita en este tiempo a esforzarnos y ser valientes. 

Después de la muerte de Moisés, el Señor habló a Josué, ayudante de Moisés, le dijo: “Mi siervo Moisés ha muerto; ahora pues, levántate, cruza este Jordán, tú y todo este pueblo, a la tierra que yo les doy a los hijos de Israel. Todo lugar que pise la planta de vuestro pie os he dado, tal como dije a Moisés. Desde el desierto y este Líbano hasta el gran río, el río Eufrates, toda la tierra de los hititas hasta el mar Grande que está hacia la puesta del sol, será vuestro territorio. Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida. Así como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré ni te abandonaré. Sé fuerte y valiente, porque tú darás a este pueblo posesión de la tierra que juré a sus padres que les daría. Solamente sé fuerte y muy valiente; cuídate de cumplir toda la ley que Moisés mi siervo te mandó; no te desvíes de ella ni a la derecha ni a la izquierda, para que tengas éxito dondequiera que vayas.” (Josué 1:2-7 LBLA)


Lo primero que Dios requería de Josué era esfuerzo. Como esfuerzo denominamos la fuerza que aplicamos contra algún impulso resistencia, para contrarrestarlo o revertirlo. Asimismo, se llama esfuerzo a la energía o el vigor que se pone en la realización de algo, venciendo obstáculos. El esfuerzo también se considera una virtud del ánimo, relacionada con la fuerza o el empeño con que afrontamos una dificultad o nos proponemos alcanzar un objetivo.

El Señor le había dado una promesa al pueblo de Israel, Josué como su líder, tenía el deber de guiarlos a pasar el Jordán para hacerla una realidad. El Señor no le reveló explícitamente que se iban a levantar gigantes en el camino y que tendrían muchas dificultades, pero si le dijo que debía esforzarse; lo que significaba que la conquista no sería fácil y tendrían mucha oposición en su camino, situaciones donde iban a necesitar no sólo armas espirituales sino la determinación de poseer la tierra y enfrentarse a lo que estuviera en ella.

Esforzaos todos vosotros los que esperáis en Jehová, Y tome aliento vuestro corazón.” (Salmos 31:24 RVR1960)

Veamos también las palabras de un gran guerrero ante la obra que debía llevar a cabo su hijo: “Entonces David dijo a su hijo Salomón: Esfuérzate, sé valiente y haz la obra; no temas ni te acobardes, porque el Señor Dios, mi Dios, está contigo. Él no te fallará ni te abandonará, hasta que toda la obra del servicio de la casa del Señor sea acabada.” (1 Crónicas 28:20 LBLA)

Querido hermano en Cristo que hoy lees o escuchas este mensaje que Dios ha puesto en mi corazón, no sé por lo que estés transitando, pero el Señor si lo sabe, Él requiere de tu esfuerzo y determinación para que pases el Jordan, tal vez se vea turbulento y no hay fuerzas suficientes para caminar, pero Él no te fallará ni abandonará.

Por lo demás, fortaleceos en el Señor y en el poder de su fuerza.” (Efesios 6:10 LBLA)

Devocionales Refúgiate en Su Palabra – Casa de Refugio (LG)

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