Serie: Sacando lo Precioso de lo Vil III

Jeremías 15:15-19 LBLA: “Tú que lo sabes, oh Señor, acuérdate de mí, atiéndeme, y véngame de mis perseguidores. Conforme a tu paciencia, no dejes que sea yo arrebatado; sabes que por ti sufro oprobio. Cuando se presentaban tus palabras, yo las comía; tus palabras eran para mí el gozo y la alegría de mi corazón, porque se me llamaba por tu nombre, oh Señor, Dios de los ejércitos. No me senté en la asamblea de los que se divierten, ni me regocijé. A causa de tu mano, solitario me senté, porque de indignación me llenaste. ¿Por qué es mi dolor perpetuo y mi herida incurable, que rehúsa a sanar? ¿Serás en verdad para mí como corriente engañosa, como aguas en las que no se puede confiar? Entonces dijo así el Señor: Si vuelves, yo te restauraré, en mi presencia estarás; si apartas lo precioso de lo vil, serás mi portavoz. Que se vuelvan ellos a ti, pero tú no te vuelvas a ellos.

Continuamos aprendiendo cómo superar nuestras crisis de la mano de Dios para sacar lo precioso de lo vil. Estas palabras nos enseñan que la crisis nos puede llevar a pensar que Dios nos está reprochando nuestro trabajo. Si nos dejamos llevar sólo por lo que vemos, como los resultados no son los esperados pensamos que estamos haciendo las cosas mal y Dios nos está criticando esto. El Señor sabía que el profeta era fiel a su servicio y que estaba sufriendo. Cuando nos sentimos criticados por lo que hacemos, queremos defender nuestro trabajo y empezamos a “recordarle” a Dios nuestra hoja de vida, nuestra oración aunque sincera no es eficaz porque no esta enfocada en lo realmente importante, en lo que nos va a ayudar a salir de la crisis.

Y finalmente, cuando dejamos que la crisis tome ventaja sobre nuestras emociones, fácilmente empezamos a dudar de la bondad y la fidelidad del Señor, (v.18) “¿Por qué es mi dolor perpetuo y mi herida incurable, que rehúsa a sanar? ¿Serás en verdad para mí como corriente engañosa, como aguas en las que no se puede confiar?”. Así como el profeta habla desde su dolor, si dejamos que la crisis nos agobie, vamos a empezar a reprocharle a Dios por las cosas. Jeremías estaba siendo tentado a decaer en medio de su crisis, por tanto, si realmente quería ser un portavoz de Dios, necesitaba arrepentirse, examinar su corazón y entresacar lo precioso de lo vil para recibir restauración de parte de Dios y para que no fuese él quien se convirtiera al pueblo sino el pueblo al Dios a quien él servía.

Entresacar significa: Sacar algo de entre otra cosa. Aclarar un monte, cortando algunos árboles, o espaciar las plantas que han nacido muy juntas en un sembrado.

Necesitamos extraer de nuestra crisis lo que realmente es útil, lo precioso. Es necesario aclarar el monte para ver el camino que nos conduce a Dios, a su propósito. Cuando entresacamos lo precioso de vil, de lo que estorba, estamos mostrando el contraste, porque como cualquier persona podemos estar en crisis, pero la vivimos bajo la soberanía, el cuidado y la guía del Señor, de tal forma que no actuamos como actuaría un inconverso ante la crisis, sino como hijos de Dios, así no nos convertimos nosotros a ellos sino que ellos se convierten a nosotros.

Rechacemos la tentación de quedarnos estancados en la crisis, de cuestionar, de quejarnos, de dudar de la obra de Dios, de reprocharle lo que hace y lo que no y por el tiempo que tarda. Porque eso sólo nos lleva a pensar que Dios es indiferente con nosotros y con lo que nos pasa. El propósito es ser sus portavoces, seremos su boca. En su boca hay vida, en su palabra está su gobierno por tanto hay instrucción, hay sanidad, el fruto es seguro porque la palabra que sale de su boca no vuelve vacía. Dios se ocupa de ti porque eres una de sus saetas, cuando él te lanza es para cumplir un propósito porque Dios nunca desperdicia una de sus saetas.

2da Timoteo 1:6-8ª “Por eso te aconsejo que avives el fuego del don de Dios que está en ti por la imposición de mis manos, porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio. Por tanto, no te avergüences de dar testimonio de nuestro Señor”.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra – Casa de Refugio (KMR)

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