Esta palabra tiene dos promesas que no podemos pasar de largo rápidamente, primero por medio del Rey Salomón nuestro Creador nos está diciendo que aquello que hagamos, TODO lo que hagamos, tendrá una ganancia; no dice el tiempo, no dice el cómo; tampoco dice que tipo de ganancia recibiremos; pero lo que nos dice es que de todo lo que usted y yo hagamos recibiremos recompensa por nuestro esfuerzo y trabajo.
¿Qué hiciste que crees que, aunque ha pasado mucho tiempo no recibirás lo que mereces por tu esfuerzo? Es posible que no sea de las manos que esperas o a través del medio lógico; el Padre en su multiforme actuar sabe respondernos tal como necesita nuestro carácter.
Esta palabra es una importante aclaración para usted y para mí: No quedaremos con las manos vacías después del esfuerzo porque nuestro Señor no es deudor de NADIE. Él sabe pagar muy bien, porque en él mismo reside la justicia y la bondad. Es un buen negocio ESPERAR EN ÉL.
Le doy gracias a Dios porque en el último año exactamente lo he visto en mi propia vida, he sido realmente sorprendida con la bondad, amor y compañía de muchas personas y familias enteras tanto en mi área laboral como en otras áreas.
Lo que ha hecho como palabra viva a este versículo en mis pasos; la preocupación por los pequeños detalles, la comprensión a mis procesos tan personales y su cariño tranquilo y conciliador; es para mí la prueba fehaciente de esta verdad. Toda siembra, tiene una cosecha.
Debido a que nuestro Padre no es un Dios injusto; además, también este versículo nos cuenta que aquella que sembramos como VANO, es decir, falto de toda realidad, hueco, vacío y sin solidez; por el contrario, traerá empobrecimiento para nosotros y no solo en nuestros bienes sino en todas las áreas de nuestra vida.
He aprendido que aquello que tiene solidez y grosura en la vida de un hijo de Dios, es porque la base es Cristo. ¿En lo que sembramos la roca y el fundamento es Cristo?
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (TAS)
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