Salmos 33:9-11 NBLA: “Porque Él habló, y fue hecho; Él mandó, y todo se confirmó. El Señor hace nulo el consejo de las naciones; frustra los designios de los pueblos. El consejo del Señor permanece para siempre, los designios de Su corazón de generación en generación.”
Una cualidad de un poder infinito y sobrenatural es que con un simple acto de su parte pueda ser transformado el tiempo y el espacio, lo que evidencia que tal poder no está sujeto a las leyes naturales sino por encima de ellas. Las escrituras nos dejan ver que bastó una palabra de Dios, el Elohim, y todo fue hecho, y por cuanto lo hizo todo, fue sometido a Su dominio porque a Su orden todo se confirmó, quedó firme o establecido, razón por la cual tiene también la capacidad de anular aquello que no está dentro de Su voluntad, tanto así que, aunque grandes líderes se levanten en las naciones; poderosos, llenos de riquezas y fuerza política, si Dios así lo determina, todos los planes que quieran llevar a cabo, no podrán ser ejecutados.
Esa es la voz de Dios, su consejo, sus planes, lo que está en Su corazón se encuentra por encima de todo y permanece para siempre, sin caducidad, porque SU PALABRA NO SE AGOTA, no se cansa a pesar de la maldad de la humanidad, a pesar del olvido del hombre hacia Él, esta permanece como una FUENTE INAGOTABLE a la que puede acudir cada vez que necesite ser saciado de justicia, de paz, de gozo, de consuelo, de fuerza y de vida. La palabra es la forma como Dios viene y se manifiesta a nuestra vida, decía un gran maestro de la biblia, Derek Prince: “Si quiere saber cuánto significa Dios para usted, examine cuánto significa para usted Su palabra”, no tenemos más lugar en nuestro vida para el Señor que el que le dedicamos a Su palabra.
Por cuanto la Palabra es la forma como Dios viene a nuestra vida, es una fuente inagotable de justicia y vida que nos provee para ser plenos en Él, podemos acudir a muchas otras fuentes pero sólo una nos alimenta el espíritu y nos conecta con Dios, por eso necesitamos desearla, como aquel que va por el desierto y en lo único que piensa es en el agua para subsistir, así necesitamos Su palabra para la sequía de nuestra alma porque donde no hay agua no hay vida, o como necesitamos del aire para respirar, así necesitamos del aliento de Dios, su inspiración cada día en nuestra vida.
¡Tu promesa no ha caducado! ¡Lo que Dios dijo que haría lo hará, lo que Él ha prometido lo cumplirá! Acude a su fuente inagotable de fortaleza, respira hoy Su palabra de vida y renueva tus fuerzas. Declara que lo que hombre ha planeado está sometido a los planes de Dios, por tanto, si es en tu contra, no prosperará, si es en favor de Su voluntad para ti, nada podrá detener la palabra que sale de la boca de Dios.
La Biblia es fuente de alimento inagotable, porque “Escrito está: «No solo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios».” (Mateo 4:4 RVR95). Así que levántate en este día para proclamar Su palabra en tu vida, no hay tormenta que el Príncipe de paz no pueda sosegar (Mateo 8:23-27), por más secos que estén los huesos sólo a la orden de Dios tendrán vida (Ezequiel 32:1-10), aunque las esperanzas ya hieden porque ha pasado el tiempo para ver un milagro, a Su voz pueden volver a despertarse y salir del sepulcro (Juan 11:39-44). Aviva el fuego de Su palabra en ti, que tu oración sea “por cuanto Tu palabra lo dice, será hecho”, o “Señor, libera Tu palabra para que sea hecho.”
Tiempo de hablar con Dios: “Abatida hasta el polvo está mi alma; ¡Vivifícame según tu palabra! Te he manifestado mis caminos y me has respondido; enséñame tus estatutos; hazme entender el camino de tus mandamientos, para que medite en tus maravillas. ¡Se deshace mi alma de ansiedad; susténtame según tu palabra! Aparta de mí el camino de la mentira y en tu misericordia concédeme tu ley. Escogí el camino de la verdad; he puesto tus juicios delante de mí. Me he apegado a tus testimonios; Jehová no me avergüences. Por el camino de tus mandamientos correré cuando alegres mi corazón.” (Salmos 119:25-32)
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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