Sujetos al Gobierno Establecido
1 Pedro 2:13 y15 RVR1960: “Someteos por causa del Señor a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior.” (…) “15 Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos.”

El llamado del apóstol Pedro a la sumisión y el respeto hacia las autoridades terrenales nos desafía a vivir nuestra fe de una manera que refleje el amor y la sabiduría de nuestro Señor Jesucristo. En un mundo lleno de estructuras políticas y líderes humanos, es fácil perder de vista nuestra verdadera identidad como ciudadanos del Reino de Dios.

Pedro nos recuerda que, aunque estemos sujetos a las instituciones y gobiernos de este mundo, nuestra lealtad suprema pertenece a Dios. Él es el soberano sobre todo y todas las autoridades están bajo su autoridad divina. Esta perspectiva nos invita a someternos con humildad y respeto, reconociendo que incluso en las circunstancias más difíciles como nación, Dios sigue siendo soberano y estando en control.

Nuestra respuesta a las autoridades no debe ser meramente por temor al castigo, sino como una expresión de nuestra obediencia y devoción a Dios. A través de nuestras acciones y actitudes, debemos buscar honrar a Dios en todo lo que hacemos, contribuyendo al bienestar de nuestra sociedad y obedeciendo las leyes establecidas.

Es importante recordar que nuestra libertad en Cristo no nos da luz verde para rebelión o indisciplina, más bien, debemos usar esta libertad para servir a Dios y a los demás, viviendo de acuerdo con los principios del Reino de Dios y siendo agentes de cambio en un mundo necesitado de su amor y gracia.

Las palabras del apóstol Pedro me han recordado una experiencia en mi trabajo que me ha retado como hija de Dios. Hace algún tiempo enfrenté un desafío ético, me vi frente a una decisión en la que tenía que poner en un lado de la balanza mis principios y en otro los resultados frente a las metas laborales. A pesar de la presión que en general vino sobre mí, decidí inclinar la balanza hacia un solo lado y mantener los preceptos que como hija de Dios he aprendido. No obstante, la situación era más compleja de lo que parece, por eso oré por orientación y al hablar la verdad encontré el respaldo en Dios asociado a esta convicción, pronto la solución sin comprometer mis principios salió a la luz para todos. Esta experiencia me reafirmó el valor de actuar con rectitud, teniendo presentes los principios del Reino de Dios, confiando en que, al hacer el bien, podemos desafiar la ignorancia y ser ejemplos de la verdad que Dios nos enseña como lo dice el versículo 15 de nuestro pasaje de hoy: “Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos”.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (MM)

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