1 Pedro 1:13-16 NBLA: Por tanto, preparen su entendimiento para la acción. Sean sobrios en espíritu, pongan su esperanza completamente en la gracia que se les traerá en la revelación de Jesucristo. Como hijos obedientes, no se conformen a los deseos que antes tenían en su ignorancia, sino que así como Aquel que los llamó es Santo, así también sean ustedes santos en toda su manera de vivir. Porque escrito está: “SEAN SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO.”
Las palabras que utiliza Pedro en esta carta son como las recomendaciones de un entrenador para poder terminar con éxito una competencia en la que pareciera que nuestros rivales nos están venciendo. El Espíritu Santo dio las palabras precisas, el paso a paso para lograr enmarcar el lema o insignia del equipo, llegar a la meta y poder ondear una bandera que tiene escritas unas palabras: SANTIDAD.
Pedro dirige esta carta a una comunidad de varias iglesias de Asia Menor, actual Turquía. Estos creyentes estaban siendo perseguidos y acosados por los romanos y los griegos. El escribe estas palabras con la intención de animarlos en medio de esta difícil circunstancia. Pensando en esto, esperaríamos que las palabras del apóstol fueran diferentes, ¿verdad? Sin embargo, lejos de caer en la conmiseración, lo que el Espíritu Santo trae son palabras claras para continuar su camino y la extensión del evangelio con fortaleza, sin perder la mirada en Aquel que los había llamado y con un firme propósito, no perder la SANTIDAD porque ahora tenían una nueva identidad.
Así es que lo primero que debían hacer es: preparar el entendimiento para la acción. La versión RVR1960 dice “ceñid los lomos de vuestro entendimiento”, en palabras actuales y coloquiales diríamos, amarrémonos bien los pantalones del entendimiento. Es decir, ¿quieres tener la victoria en medio de esta situación? Pues prepara tu entendimiento para lo que vas a recibir porque no son las palabras de consolación que esperas, son las que necesitas para vencer.
Sean sobrios en espíritu. En el griego la palabra para sobriedad “nefálios”, hace referencia a estar libre del efecto de sustancias embriagantes. En las escrituras, en un sentido figurado, transmite la idea de “ser vigilante”, “estar alerta” o “mantener el juicio”. Como cuando estamos ante una situación que requiere de mucha concentración y nos dicen: estén atentos con todos sus sentidos. Pedro dice: estén atentos y tengan activo y alerta su espíritu, para que no tengan la esperanza puesta en nada ni en nadie diferente a Jesucristo.
Cuando nuestro espíritu esta alerta, nuestra brújula está dirigida hacia el don, el regalo que nos será dado “en la revelación de Jesucristo”. Porque “Toda buena dádiva y todo don perfecto desciende de lo alto, del Padre de las luces, en el cual no hay mudanza, ni sombra de variación” (Santiago 1:17). Es en Jesucristo, y solamente en él en quien están todas las respuestas y toda nuestra esperanza.
Pedro les recuerda algo importante, ustedes son parte de una familia, la familia de Dios, “Como hijos obedientes, no se conformen a los deseos que antes tenían en su ignorancia…” Cuando tenemos IDENTIDAD (hijos de Dios), nuestros deseos cambian. Antes éramos criaturas gobernadas por los deseos de este mundo, y esos deseos, la biblia nos dice, habitaban en nosotros porque éramos ignorantes, puesto que no teníamos identidad de hijos y no sabíamos la poderosa herencia que tenemos gracias a nuestro Redentor, Jesucristo. Entonces, si nuestros deseos actuales aún están impregnados de las cosas de este mundo, queridos hermanos estamos actuando como ignorantes de la cruz, desconociendo nuestra verdadera identidad.
Cuando transformamos nuestro interior, nuestros deseos son orientados hacia la verdadera esperanza celestial, esto se verá reflejado en nuestra manera de vivir porque somos de la familia de Cristo. Dice el refrán: “De tal madre, tal la hija.” (Ezequiel 16:44). Entonces, nuestro Padre es Santo, por tanto: “SEAN SANTOS, PORQUE YO SOY SANTO.”
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
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