Te lo Dije
Proverbios 13:13 RVR1960: “El que menosprecia el precepto perecerá por ello; Mas el que teme el mandamiento será recompensado”.
Usualmente tendemos a creer que las recompensas del Señor son de tipo espiritual, pero el Señor no gobierna solamente sobre nuestro espíritu, también sobre nuestra carne y lo hace en plano terrenal.

El libro de proverbios podríamos decir que es como el compendio o la biblioteca de sabiduría de los israelitas, pero no de la sabiduría del mundo, sino sabiduría con relación a la vida espiritual, y la gran mayoría del texto da cuentas sobre el temor de Dios como principio de esta sabiduría; sin embargo, el dirigirnos con sabiduría espiritual nos procura también desde lo terrenal un beneficio que si sabemos administrar bien, puede tener repercusión incluso sobre nuestras finanzas, porque no hay ninguna área de nuestra vida que no esté sujeta a la soberanía del Señor y aún en nuestra área financiera tiene potestad.

Desde mis inicios en la vida cristiana, siempre escuchaba decir que no era lo mismo el “Temor de Dios”, que el “Temor a Dios”. El temor del que nos habla Salomón en Proverbios hace referencia al temor reverente a causa de la santidad del Señor y que nos advierte del peligro de pecar o ir en contra de su santidad, este temor quiere decir obediencia, sumisión, respeto y reverencia.

Generalmente cuando me cuesta comprender definiciones o significados, me ayuda el uso de antónimos y encontré para mi sorpresa que lo contrario a la reverencia es el desprecio o desacato, que son palabras sinónimas de menosprecio. Creo que son duras palabras para referirnos a cuando aun conociendo y sabiendo los mandamientos del Señor, simplemente preferimos apartarnos de la instrucción. Algo muy particular del libro de Proverbios es que generalmente después de darnos el principio nos da las consecuencias y los beneficios del poder obedecer. Este versículo no puede ser más claro, nos dice que lo contrario al temor es el menosprecio, pero también nos dice que la consecuencia de menospreciar el mandamiento es perecer, porque eso hace con nosotros el pecado, entendiendo el pecado como separación o muerte.
Tengo que reconocer que una cosa que me puede descomponer y molestar, es que me digan el popular “te lo dije”, ¿saben algo? Cuan duro y triste debe ser para el Señor como Padre decirnos: Oye hijo, no deberías hacer tal cosa y justo cuando venga el “te lo dije” tras de todo, nos enojemos con Él.  

Yo creo lo que dice la palabra sobre mi Dios, que el Señor es compasivo y misericordioso, que sus planes para con nosotros son de bendición y que no existe ningún área de nuestra vida que se escape de su soberanía y eso incluye nuestras finanzas.

Señor Jesús en este día yo te quiero pedir perdón, por todas las veces que me enojé contigo por tus: “Te lo dije hija, te lo dije hijo”, porque sé que detrás de cada advertencia, estaba tu amor procurando lo mejor para mí y te suplico que de ahora en adelante no menosprecie tu dirección, sino que por el contrario pueda mostrar reverencia y amor ante tu cuidado para conmigo, confiando en que cada área de mi vida está sujeta a tu soberanía. Amén
 
Devocionales Refúgiate en su Palabra Casa de Refugio (RGG)

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