Testimonio a las Generaciones
Josué: 4: 23 – 24 RVR1960: “23 Porque Jehová vuestro Dios secó las aguas del Jordán delante de vosotros, hasta que habíais pasado, a la manera que Jehová vuestro Dios lo había hecho en el Mar Rojo, el cual secó delante de nosotros hasta que pasamos; 24 para que todos los pueblos de la tierra conozcan que la mano de Jehová es poderosa; para que temáis a Jehová vuestro Dios todos los días”.

En Josué 4 versículos del 1 al 24, el pueblo de Israel cruza milagrosamente el río Jordán hacia la tierra prometida. Dios instruye a Josué a elegir a doce hombres, uno de cada tribu. Para recoger doce piedras del lecho del río como un monumento conmemorativo. Estas piedras servirían como un testimonio para las generaciones futuras de la fidelidad y el poder de Dios. Después de cruzar el río, el temor hacia el Señor cae sobre el pueblo, fortaleciendo su fe y devoción. Este capítulo resalta la importancia de recordar las maravillas de Dios y transmitirla por todas nuestras generaciones.

Nuestra palabra rema de este año habla de la consagración que debemos tener para Dios, y leyendo este capítulo, el Señor recordó a mi corazón la palabra de los domingos que hemos recibido de Dios mediante nuestra Pastora Lorena en cuanto a ¿cómo llevar una vida consagrada para el Rey? A lo cual podemos añadir ¿cómo enseño a los que llegan sobre sus maravillas? Leyendo este capítulo que va del versículo 1 al 24, recibí del Señor que no estamos consagrados para él si realmente no reconocemos al Dios de maravillas en nuestra vida, no estamos consagrados si no tenemos una relación real, la cual, cultivamos a diario y si en nuestro corazón no hay temor santo hacia él, no somos testimonio para quienes están conociéndole.

Por ello es importante que como conocedores de Dios enseñemos a nuestras generaciones el estar consagrados para él, pues es el único digno de temor, reverencia y consagración. Este temor del que nos hablan los versículos 23 y 24, manifiesta que Dios es el único digno de obediencia, pues este temor santo es indispensable para una vida en fe y devoción; por eso cuando entendemos cuáles son esas maravillas que Dios hace en nuestra vida y el por qué debemos estar consagrados para él, también somos predicadores de su poder para nuestras generaciones.
Hoy hermanos, la invitación es cultivar esa relación con el Señor donde tengamos temor a su soberanía y poder y ser testimonio para todos aquellos que nos rodean, principalmente nuestra familia.

Gracias Padre por tu amor, por tus maravillas, por amar a tu pueblo, por permitirnos tener ese temor santo que nos mantiene vivos espiritualmente y nos permite querer estar consagrados para ti.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (MM)

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