Transcurrían los años 60 al 62 de nuestra era Cristina cuando en un presidio en Roma el apóstol Pablo escribió su epístola a los Filipenses, compendio dedicado a los santos de Filipo, primer lugar en Europa donde Pablo predicó formalmente el evangelio de Dios, convirtiéndose esta epístola en una manifestación de gratitud y afecto al pueblo del cual provino su enorme apoyo emocional y económico. Y aunque el pueblo de los santos de Filipo estaba compuesto en esencia de gente compasiva, Pablo percibió que su fe decaía con suma regularidad, razón por la cual se esmeró entre sus letras para que dicho pueblo permaneciera firme en unidad y trabajando juntos para defender su fe.
Lo primero que podemos reconocer en Pablo es que ninguna circunstancia de la vida lo destruía, el conocía la tristeza, la adversidad y la persecución a profundidad, pero su fe no fue socavada. Esa imperturbabilidad se debió a su oración permanente y la acción de gracias como sus únicos excesos, hábitos recurrentes que reemplazan la ansiedad en medio de la adversidad, convirtiéndola en una oportunidad para manifestar el poder sin límites que habita en el Cristiano. Si, el Creyente posee en su interior la más grande fortaleza jamás conocida, la fuerza del Espíritu Santo, por eso cada experiencia dolorosa a la final solo será la plataforma para evidenciar que en Cristo es más que vencedor, concluyendo lo que nos dice el Apóstol en Filipenses 4-12-13 RVR60: “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece”
Es por esto que Pablo aconseja discernir cada experiencia como un aprendizaje, y ser enseñables implica reaprender a pensar, ejercitarse en ver el mover del Santo Dios en cada situación, invitándonos a concentrarnos en aquello que es: honesto, justo, verdadero, puro, amable, de buena reputación y virtuosos antes de dejarnos llevar por el pesimismo y el desánimo; pues nadie consumido en la desesperanza tendrá fuerzas para avanzar, concentrarnos en el único que posee estas cualidades de honestidad, justicia, verdad, pureza y virtud será lo que cada día nos hará más fuertes. Filipenses 4-8 RVR60: “Por lo demás, hermanos, todo lo que es verdadero, todo lo honesto, todo lo justo, todo lo puro, todo lo amable, todo lo que es de buen nombre; si hay virtud alguna, si algo digno de alabanza, en esto pensad”
La respuesta del Cristiano a la pregunta de este devocional es: SI, en Cristo, todo lo puedo. Por eso nuestra parte es permanecer en su palabra, disfrutando de su mente: 1 Corintios 2:16 TLA “Como dice la Biblia: «¿Quién sabe lo que piensa el Señor? ¿Quién puede darle consejos?» Pero nosotros tenemos el Espíritu de Dios, y por eso pensamos como Cristo” pues si pensamos como Él, sentimos como Él y confiamos en Él, nada podrá destruirnos. En esto consistió el secreto del apóstol Pablo y su aporte para edificar la fe de los Filipenses, pues aquel: “ya no vivo yo, mas vive Cristo en mi” nos hace invencibles: Gálatas 2:20 RVR1960 “Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí”
Rogamos a ti Señor para que engrandezcas nuestra fe en cada uno de los aspectos de nuestras vidas, erradica de nuestro pensamiento todo aquello que nos impide ver lo hermoso de la vida, haznos imperturbables, permítenos ver la vida a través de tus honestos, justos, verdaderos, puros, amables, buenos y virtuosos ojos oh Jesús y has de nuestra oración y gratitud una práctica cada vez más recurrente en nuestras vidas que limpie el camino que conduce a ti, te lo pedimos de todo corazón, Amen.
Devocionales Refúgiate en su Palabra – Casa de refugio FJCG 2022
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