Este pasaje hace referencia a la restauración futura de Israel y fue una promesa para el pueblo en medio del del cautiverio babilónico, un tiempo de disciplina para ellos, de parte de Dios. Un momento donde se desdibujó por completo la monarquía en Israel, ahora estaban en manos de gobernantes de otros lados.
Con este contexto, el Espíritu de Dios me llamó poderosamente la atención en la frase “NUEVO CORAZÓN”. Estuve indagando y encontré que UN NUEVO CORAZÓN se da cuando el daño es grave después de un ataque cardíaco, cuando hay insuficiencia cardíaca grave o los medicamentos, otros tratamientos y la cirugía, ya no sirvan.
Pensé en nuestro corazón tantas veces atacado por otros e incluso por nosotros mismos, pensé también en los procesos de restauración, consejería, disciplina e intervención a los que nos vemos expuestos en el caminar con Cristo y concluí que, así como sucede con un corazón físico, hay un momento de nuestra vida donde nada parece servir y es cuando necesitamos UN NUEVO CORAZÓN.
El pueblo de Israel fue atacado y se atacó así mismo muchas veces, tuvo de parte de Dios todos los procesos necesarios y útiles para ser restaurados, pero no logró jamás levantarse como Él lo esperaba, entonces, el Señor en Su inmenso amor y misericordia les promete UN NUEVO CORAZÓN, les promete infundirles aliento, quitar su dureza para por fin tenerlos como Él quiere y esta vez, no dependería de ellos, sino de la obra redentora de Cristo una vez y para siempre, una obra que restauraría el trono de Israel nuevamente.
Cuando aterrizo todo esto a mi propia vida, veo muchos procesos de disciplina, de restauración, de trato, pero en este presente, no puedo imaginarme un mejor tratamiento que UN NUEVO CORAZÓN y me siento profundamente agradecida con mi Señor y conmovida hasta las lágrimas, cuando pienso que no depende de mí, el ME DARÁ UN NUEVO CORAZÓN, lo hará bajo el pacto de gracia que reposa sobre Jesús quién pagó por mí en la cruz.
No sé qué atravieses, pero ten la seguridad que el Señor te dará UN NUEVO CORAZÓN, cuando el resto de los tratamientos ya no te sirvan. Si tú eres Suyo, ten plena confianza que el Espíritu de Dios sostiene tu vida cuando no tienes fuerzas, cuando sientes que te falta aliento, que estás solo, cuando tu ánimo sencillamente no te da, cuando incluso tu carne está de su cuenta y tu espíritu débil… el Señor está ahí y de algún modo vendrá con Su ejército a rescatarte, aunque estés en el más desolador rincón oscuro, y hará todos las maniobras para restaurarte, incluido darte UN NUEVO CORAZÓN si ya nada más funciona, uno para que Su gozo sea cumplido en ti, uno que te hará cantarle una nueva canción y danzarle con todas tus fuerzas a Aquel quien es el único digno de recibir toda la gloria.
Devocionales Refúgiate en Su palabra, Casa de Refugio, MP.
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