“Hagan todo esto estando conscientes del tiempo en que vivimos. Ya es hora de que despierten del sueño, pues nuestra salvación está ahora más cerca que cuando inicialmente creímos.” (Romanos 13:11 NVI)
Cada uno de nosotros necesitamos darnos la oportunidad de volver a comenzar de nuevo en algunas áreas de nuestra vida, quizá ver una resurrección en nuestros sueños, en nuestras metas y en los objetivos que un día nos pusimos y que por una u otra razón hoy se encuentran en un sueño profundo.
En las escrituras el apóstol Pablo, nos da a entender que en el caminar del creyente en el Señor, debemos anhelar crecer más y más sin detenernos o estacionarnos, sino que debemos querer más del conocimiento de Cristo y eso requiere de cambios. El enemigo ha estado trabajando durante todo este tiempo de confinamiento, para que muchos de nosotros caigamos en desánimo y desesperación, buscando robar nuestro enfoque a través de la distracción, pero este no es solo un tiempo en el que el Señor está produciendo una manifestación muy significativa de las promesas que Él ha hablado, sino que también está posicionando a su pueblo en este nuevo despertar, para movernos hacia su destino como nunca y de manera diferente.
Jesús dijo: “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos y vista a los ciegos, a poner en libertad a los oprimidos, a predicar el año agradable del Señor” (Lucas 4:18-19). Dios nos ha ungido porque tiene como propósito usarnos, por eso es tiempo de levantarnos en su poder a predicar, a orar por los enfermos, a orar por la nación, por las naciones y por muchas otras cosas, para poder ver el derramamiento de su Gloria en cada uno de nosotros.
Nuestro mayor deseo debería ser conectarnos con Dios diariamente y llegar a conocer más profundamente al Espíritu Santo. Es Dios quien trae un avivamiento, un despertar nuevo a nuestra vida cuando tenemos un corazón dispuesto, arrepentido y un espíritu con hambre y sed de Él. El avivamiento trae cambios radicales en nuestra vida, donde morimos a lo terrenal y tenemos un aumento en nuestro deseo por Cristo y su Palabra, es cambiar nuestro foco de atención por las cosas del mundo o por nosotros mismos y colocarlo en hacer lo que Dios quiere. Las prioridades cambian y le damos más importancia a profundizar en el estudio de la Palabra de Dios.
Amados, pidamos a Dios que vuelva a encender la llama de nuestro corazón, que tengamos hambre espiritual, que nos lleve a plantarnos en su presencia y a vivir en comunión permanente. Atrévete a creer que Dios te ha ungido especialmente para traer un avivamiento en el lugar donde estas y ofrécele a alguien esta semana orar por sus necesidades y cree que la respuesta ya viene en camino.
Tiempo de Hablar con Dios: Señor Jesús, aviva mi corazón por favor, enciende la llama de tu Espíritu, dame nuevas fuerzas como las del búfalo y renuévame interiormente para experimentar una unción fresca que me haga amar estar en tu presencia, conocer más tu Palabra y hablar de ti con más valentía. ¡Amén!
Devocionales Refúgiate en Su Palabra – Casa de Refugio 2022 (JCRR)
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