2 Timoteo 2:14-26 RVR1960: “Recuérdales esto, exhortándoles delante del Señor a que no contiendan sobre palabras, lo cual para nada aprovecha, sino que es para perdición de los oyentes. Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad. Mas evita profanas y vanas palabrerías, porque conducirán más y más a la impiedad. 17 Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto, que se desviaron de la verdad, diciendo que la resurrección ya se efectuó, y trastornan la fe de algunos. Pero el fundamento de Dios está firme, teniendo este sello: Conoce el Señor a los que son suyos; y: Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo. Pero en una casa grande, no solamente hay utensilios de oro y de plata, sino también de madera y de barro; y unos son para usos honrosos, y otros para usos viles. Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra. Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor. Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas. Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad, 26 y escapen del lazo del diablo, en que están cautivos a voluntad de él”.
Este maravilloso pasaje, como todos los relatos registrados en la Palabra de Dios, tiene una carga de exhortación y enseñanza realmente valiosa.
A diferencia de otras libros del Nuevo Testamento escritos por el Apóstol Pablo, esta epístola no va dirigida a una iglesia en particular, si no a su amado hijo en la fe y compañero de ministerio Timoteo.
En este pasaje, Pablo trata temas generales relacionados con la iglesia local, de hecho, llama la atención frente a diferentes temas que considera peligros a los que se les debe prestar atención y establece pautas generales para determinar el cómo deben manejarse ciertas situaciones.
Al leer detenidamente, podemos encontrar aquí, una reprensión amorosamente expuesta, seguida de un listado de características de un buen obrero, siervo del Dios viviente. El Señor ha sido reiterativo al confrontarnos con nuestras faltas y pecados a la vez que nos da estrategias claras para hacer frente a ello.
Esta porción de las escrituras empieza con una exhortación respecto a las palabras que salen de nuestra boca y a las contiendas que estas palabras pueden provocar. En ocasiones, nos vemos envueltos en conversaciones y disensiones que, en primer lugar, no edifican y en segundo lugar, dejan el testimonio de Cristo muy mal. Bien dice Lucas 6:45 “De lo que hay en el corazón, habla la boca”. En esencia, estos versículos nos recuerdan la importancia de llenar diariamente el depósito de nuestro corazón de Dios y de su palabra; esta es la única manera de evitar caer en palabras ociosas, conversaciones banales y discusiones que no honren el nombre de Dios, puesto que solo lo que edifica a los demás sirve de provecho.
El peligro que aquí se resalta es la desviación de la verdad de los creyentes, y la falta de sobriedad y la prudencia en nuestras palabras, pero tenemos un Dios tan misericordioso que nos conoce y por eso nos dice cómo hacerle frente a este pecado para establecer en nosotros su orden celestial. Por ello, Pablo nos recuerda y nos insiste en las características de un obrero de Cristo aprobado:
- No es contencioso, por el contrario, es amable
- Es apto para enseñar y llevar al mundo la palabra de salvación
- Es misericordioso para exhortar
- Huye de las iniquidades y tentaciones
Un obrero aprobado es el instrumento de Dios que santificado, es útil y dispuesto para toda buena obra. Un obrero aprobado es aquel que desecha la insensatez, porque sabe que esto genera contienda y se ocupa de poner en su boca todo aquello de lo que está lleno su corazón, honrando en todo tiempo el nombre de Cristo.
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (DS)
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