Un Pueblo que sabe Aclamarte
Salmos 89: 15 RVR1960: “Bienaventurado el pueblo que sabe aclamarte; Andará, oh Jehová, a la luz de tu rostro.”
 
Quienes aclaman a Dios son sus hijos, quienes aclaman a Dios son quienes hemos puesto nuestra confianza en Él, eso es lo que nos hace bienaventurados, porque en Él lo tenemos todo. Es nuestro gozo y nuestra fortaleza; pero esto sucede en la medida en que le buscamos y somos intencionales en ir siempre en busca de su presencia.
 
Este salmo nos deja ver que, cual sea la situación por la que esté pasando nuestro pueblo, nuestra ciudad, nuestro país, siempre hallaremos bienaventuranza si sabemos aclamar al Señor. Este es un llamado a la alabanza, no ha quejarnos de un gobierno, no ha levantar críticas y reproches en contra de nuestros lideres o mandatarios, todo lo contrario. Sabemos que nuestro Padre nos manda a orar por ellos y a bendecirlos. Entre tanto nuestra parte Iglesia, en medio de lo que suceda en nuestro país, es buscar el rostro de nuestro Señor, es alabarle, adorarle, bendecirle. Estamos llamados a glorificar permanentemente su nombre y en ello encontraremos paz, plenitud y bienaventuranza. Con ello reconocemos que Dios es nuestro creador, alabamos su grandeza.
 
Este Salmo nos reitera que como hijos. La felicidad del pueblo nace a la luz del rostro de nuestro Padre, esto refiere el caminar en su presencia, buscando la guía de nuestra vida en Él. Si nos sumergimos en la presencia de Dios todos los días, si buscamos allí una porción diaria de gracia, nuestro gozo, nuestra paz pese a la situación en que estemos, va a estar manifestándose siempre en nuestras vidas y reflejándola hacia los demás.
 
Como pueblo esperamos en su justicia y nos regocijamos en ella, busquemos permanentemente la presencia de nuestro Padre y glorifiquemos su nombre siempre. Cuando levantamos críticas, cuando hacemos reproches, cuando criticamos el liderazgo que el Señor ha permitido que se levante en el pueblo, desconfiamos de su poderío, de su soberanía. Como hijos nuestra obligación es creer, es confiar y descansar en su presencia, somos un remanente en medio de este pueblo Y NUESTRA CONFIANZA ESTA EN EL SEÑOR, NO EN LOS HOMBRES, NO EN UN GOBIERNO.
 
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio, C.L

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