1 Juan 5:13-17 NTV: “Les he escrito estas cosas a ustedes, que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. Y estamos seguros de que él nos oye cada vez que le pedimos algo que le agrada; y como sabemos que él nos oye cuando le hacemos nuestras peticiones, también sabemos que nos dará lo que le pedimos. Si alguno de ustedes ve que otro creyente comete un pecado que no lleva a la muerte, debe orar por él, y Dios le dará vida a esa persona. Pero hay un pecado que lleva a la muerte, y no digo que se ore por quienes lo cometen. Todas las malas acciones son pecado, pero no todos los pecados llevan a la muerte”.
Cuando aceptamos a Jesús como El Señor y Salvador de nuestra vida, tenemos la salvación, porque quien tiene al Hijo, tiene la vida. Cuando este maravilloso y poderoso evento sucede, empezamos una relación con Dios más cercana, El Espíritu Santo habita en nosotros y nos ayuda a formar el carácter de Cristo en nosotros, nos convence de pecado, de justicia y juicio, y nos lleva a un genuino arrepentimiento, esa poderosa herramienta que nos ha dado Dios para librarnos del poder del pecado y acercarnos más a Él.
Sin embargo, este maravilloso regalo no es para nosotros de manera exclusiva, sino también para que otros lo reciban. Una manera de impactar la vida de otros es a través de nuestra oración, en ese acercamiento que tenemos con Dios empezamos a anhelar su voluntad, y dentro de su voluntad está el que todos seamos salvos, y es allí en donde una oración con fe por aquellos que están perdidos puede desatar el poder de Dios, para que también ellos sean rescatados, así como lo fuimos todos los que en Él hemos creído.
Recordemos que alguna vez alguien también oró por nosotros, de igual forma, demos de gracia lo que de gracia hemos recibido, porque si oramos conforme a la voluntad de Dios, Él será pronto para escucharnos, y será de gran satisfacción ver una vida rescatada. Esa oración que hagamos puede ser el inicio de una vida liberada, así que vayamos al Padre y pidamos por todos los que tenemos la oportunidad de hacerlo, nuestra oración con fe puede salvar vidas.
Devocionales Refúgiate en su palabra, Casa de Refugio – JENM
#MimetaesOrar
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