Una Vida Conectada a Dios
2 Reyes 8:1-6 RVR1960: “Habló Eliseo a aquella mujer a cuyo hijo él había hecho vivir, diciendo: Levántate, vete tú y toda tu casa a vivir donde puedas; porque Jehová ha llamado el hambre, la cual vendrá sobre la tierra por siete años. Entonces la mujer se levantó, e hizo como el varón de Dios le dijo; y se fue ella con su familia, y vivió en tierra de los filisteos siete años. Y cuando habían pasado los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; después salió para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Y había el rey hablado con Giezi, criado del varón de Dios, diciéndole: Te ruego que me cuentes todas las maravillas que ha hecho Eliseo. Y mientras él estaba contando al rey cómo había hecho vivir a un muerto, he aquí que la mujer, a cuyo hijo él había hecho vivir, vino para implorar al rey por su casa y por sus tierras. Entonces dijo Giezi: Rey señor mío, esta es la mujer, y este es su hijo, al cual Eliseo hizo vivir. Y preguntando el rey a la mujer, ella se lo contó. Entonces el rey ordenó a un oficial, al cual dijo: Hazle devolver todas las cosas que eran suyas, y todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora.”
 
Una vida de entrega a Cristo no siempre representa que no tengamos que pasar por momentos de dificultad, el hecho de ser cristianos no nos exime de que nos sucedan cosas que nos afecten en lo personal y en nuestro entorno, lo que hace la diferencia es la conexión que tengamos con Dios, confiar en su voluntad y obedecer sus instrucciones, siempre alzando alabanza a pesar de las circunstancias.
  
Lo que sucede en el mundo, en el país, en la ciudad en la que vivimos, afecta nuestra vida espiritual, razón por la que diariamente necesitamos tener intimidad con Dios. Debemos vivir en una conexión diaria y permanente, interceder siempre por la ciudad en la vivimos, así estemos por ella transitoriamente, ser agradecidos ya que a través de esta ciudad Dios nos bendice. Así nos lo enseña la palabra en Jeremías 29:7, “Y buscad el bienestar de la ciudad adonde os he desterrado, y rogad al SEÑOR por ella; porque en su bienestar tendréis bienestar.”
 
El pasaje de hoy nos dice que la tierra estaba a punto de pasar por momentos difíciles, vendrían tiempos de hambre; ante tal situación Dios da una instrucción, “Levántate, vete tú y toda tu casa a vivir donde puedas”. Aunque no parezca lógico, siempre nos es necesario obedecer, las dudas o la inseguridad frente a las órdenes que nos da Jesucristo muchas veces nos impide avanzar y progresar.
 
Ahora bien, esta mujer tuvo un cambio drástico en su vida, paso de tenerlo todo a no tener nada, algo difícil y nada agradable, salir de su casa para irse a vivir a un lugar incómodo y lleno de necesidades, y más durante 7 años. Esto nos permite ver que es necesario estar dispuestos al cambio. Las personas que se aferran a lo que tienen no pueden avanzar hacia algo mejor y ver la gloria de Dios resplandecer después de esperar a que se cumpla el tiempo de Dios.
 
Durante esta temporada de cambios es importante creer que con Cristo todo se puede. El verso 3 nos dice: “Y cuando habían pasado los siete años, la mujer volvió de la tierra de los filisteos; después salió para implorar al rey por su casa y por sus tierras”. Esta mujer guardaba la esperanza de poder recuperar sus tierras, aunque humanamente tal vez era imposible, Dios honró su obediencia y no sólo recuperó su casa y sus tierras, sino también “todos los frutos de sus tierras desde el día que dejó el país hasta ahora”. ¡Qué diferente es vivir en los planes de Dios! Con Jesucristo nada es por casualidad, no fue imprevisto que la mujer llegara justo en el momento en que Giezi estaba hablando con el rey sobre ella. Dios tiene planes para nosotros, nuestra vida debe estar guiada por Su voluntad, así no entendamos lo que nos está pasando debemos saber que es para nuestro bien y confiar en Jesucristo a pesar de las circunstancias adversas, sin ver ni entender, eso se llama fe. Confiar en Jesucristo es mucho más que creer, es depositar nuestra vida en sus manos y creer que, a pesar de las difíciles circunstancias que estemos pasando, él tiene el control, alzar alabanza en los momentos más difíciles será siempre la mejor forma de atravesarlos.
 
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (PG)
#MimetaesAlabar

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