Venciendo el Temor con Sabiduría
Isaías 38:1-6 NVI: “Por aquellos días Ezequías se enfermó gravemente y estuvo a punto de morir. El profeta Isaías, hijo de Amoz, fue a verlo y le dijo: «Así dice el Señor: “Pon tu casa en orden, porque vas a morir; no te recuperarás”». Ezequías volvió el rostro hacia la pared y rogó al Señor: «Recuerda, Señor, que yo me he conducido delante de ti con lealtad e integridad y he hecho lo que te agrada». Y Ezequías lloró amargamente. Entonces la palabra del Señor vino a Isaías: «Ve y dile a Ezequías: “Así dice el Señor, Dios de su antepasado David: He escuchado tu oración y he visto tus lágrimas. Voy a darte quince años más de vida. Y a ti y a esta ciudad los libraré de caer en manos del rey de Asiria. Yo defenderé esta ciudad”.
 
Ezequías fue uno de los reyes buenos que tuvo el Reino del Sur, un hombre de fe que hizo lo recto ante los ojos del Señor, sin embargo, después de toda su prosperidad y éxito, la enfermedad llegó a su vida como un instrumento de Dios para darle una gran lección.
Hay algo con lo que nos podemos identificar con Ezequías, es una reacción natural de los seres humanos ante la enfermedad, la incertidumbre en medio de las pruebas, las tormentas, el desierto, el futuro; es un estado de ánimo que nos lleva a reaccionar de distintas maneras, se llama TEMOR. Esa reacción que pone una densa neblina frente a nosotros, pero que podemos vencer con sabiduría si los cimientos de nuestras convicciones en Dios están en su lugar.
Cuando pasamos por cualquier circunstancia de prueba tenemos dos opciones, dejarnos vencer por el temor o usar la sabiduría que Dios nos ha dado, a través de su palabra, para vencerlo y entender el valor de lo que vivimos, por difícil que sea, porque una fe que no es probada no conoce su alcance ni el valor de la obediencia. Por eso, miremos 4 lecciones que aprendemos para vivir la prueba sin temor y con sabiduría:
1.  Dios está interesado en ti y en tu proceso. Si a Dios no le importara la humanidad, no habría enviado a su Unigénito a morir por nosotros, somos objeto de su interés siempre, aunque no lo merezcamos. Dios utilizó la enfermedad para llamar la atención de Ezequías, porque quería probar su corazón porque había algo que necesitaba ser transformado en él. Por tanto, cualquier circunstancia por la que estás pasando ES UNA EVIDENCIA DE QUE DIOS TE AMA y está interesado en ti, por tanto, Él tiene el control y un propósito con ella.
2. Dios quiere hablarte. Una de las cosas que más pensamos cuando nos llenamos de temor es que estamos solos, nuestra mente se centra en las circunstancias y en nuestras capacidades, más no en buscar dónde está Dios en medio de ellas y qué quiere enseñarnos. Ezequías no estaba solo, nada menos que el profeta Isaías estaba con él, lo que nos permite ver que siempre la Voz de Dios está ahí para hablarnos, necesitamos centrarnos en buscarle, como lo hizo Ezequías, para entender nuestra prueba, nuestro proceso y no sólo poder verle sino conocer el propósito que el Padre tiene con esta.
3.  Dios usó la enfermedad para tratar un problema de orgullo en Ezequías, Dios puede usar cualquier cosa o situación para hacernos caer en cuenta de algo que necesitamos cambiar en nosotros. Nuestro proceso de transformación nunca termina, Dios utiliza cosas que inclusive nos causan dolor para que reaccionemos, necesitamos centrarnos en él, no en los demás, porque somos nosotros los que necesitamos cambiar, ser transformados para tener más de Cristo en nosotros.
4.  Dios siempre tiene misericordia de nosotros. El fin de Ezequías era la muerte, pero dice la palabra que lloró amargamente, clamó a Dios y él respondió con misericordia extendiendo su vida. Necesitamos entender que sin la gracia que en Cristo nos ha sido dada, no somos ni podemos hacer nada. Cuando acudimos primeramente a cualquier cosa o persona antes que a Dios, estamos siendo engañados, y actuamos sin sabiduría, porque lo único que necesitamos es refugiarnos en Cristo, en Su gracia multiforme y superabundante para sobrevivir en medio de la prueba. 
No nos dejemos vencer por el temor, clamemos a Dios, actuemos con convicción, con sabiduría para tener la perspectiva correcta de nuestra prueba.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (KM)
#MimetaesSanar

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