Venid a Mí

 

“Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” Mateo 11:28 RVR60.

La vida siempre nos muestra diferentes facetas para que podamos comprender su verdad absoluta; es por eso que nuestro Señor Jesús conociendo el destino de cada uno, nos extiende una invitación que no caduca e este maravilloso pasaje.

Nuestro peregrinaje en la tierra está lleno alegría, tristeza, ilusiones, bonanza y escases, estar trabajados significa estar desgastados, cansados y agotados; esas emociones regularmente nos llevan a perder el rumbo, la orientación, no sabemos que hacer, como levantarnos, como salir de esa condición, pues desde nuestra posición terrenal es literalmente imposible alcanzar el sosiego; nuestra humanidad nos limita y hay momentos en que nuestras cargas nos son imposible de soportar.

Solo hay Uno que, atravesando por el peregrinaje terrenal, conociendo todas las facetas de la vida, tiene el poder para sostenernos. Es hora de entender que aceptar esta invitación escritural y correr a Cristo en medio de nuestra fatiga, implica creer que Él tiene todo el poder para salvarnos, liberarnos, restaurarnos y prosperarnos, responder positivamente a este llamado es renovar la esperanza, pues este mandato contiene una promesa: si vamos a Cristo de corazón, sin duda alguna, Él nos hará descansar.

Jesús mismo es la única esperanza de la humanidad, solo en Él somos salvos, solo Él es quien puede transformar vidas, Él con su muerte pagó el precio del pecado y es Él quien puede liberarnos de todo aquello que nos impide vivir plenamente. Tú que lees o escuchas estas palabras, corre a Él como cuando un niño corre a los brazos de su Padre buscando consuelo; Él es el verdadero descanso, permite que el yugo de amor del Espíritu Santo te libere de la esclavitud de la ansiedad y la angustia. Mateo 11.29-30 “Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas;  porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga”

Cuando asumimos la vida bajo nuestro propio criterio, somos presos de nosotros mismos, nuestras concupiscencias nos gobernaran y sin duda nuestro fruto será ambición, ansiedad, temor, remordimiento y muerte;  Si alguien quiere salir de este foso, hoy es posible, pues se trata de entregarnos en mansedumbre y humildad al Creador, renunciando a todo lo que fuimos, en cualquier faceta o área de nuestra vida, aceptando  de manera real su gobierno y conociendo así la paz con Dios, con los hombres y con nosotros mismos.

Estas en confusión o agotamiento, escucha su voz, hoy resuenan los cielos diciendo “Venid” y nuestra parte es caminar en la dirección correcta, movernos hacía donde está el que habla, nuestro Señor Jesucristo, acerquémonos a su presencia y Él nos mostrará la vida, la plenitud y el verdadero gozo.  Salmo 16:11 RVR1960 “Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre”.

Devocionales Refúgiate en su Palabra   – Casa de Refugio (FJCG)

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