Salmos 27:1-14 RVR1960: “Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado. Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; me ocultará en lo reservado de su morada; sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; cantaré y entonaré alabanzas a Jehová”.
Que sublime e indescriptible es saber que hay un Dios que ilumina nuestras noches más oscuras, y lo más importante, que está dispuesto a pelear nuestras batallas, aquellas que pueden ser duras, largas o ligeras, cualquiera que sea, Él está al frente, para cubrirte y lo mejor de todo es que, en Él, la victoria está garantizada.
Su entrega es por amor a ti, así que no te sientas solo o sola o abatido en lo que sea que estés enfrentando en estos momentos. Dios esta apersonado de tus asuntos, solo quiere que asumas tu posición como hijo e hija de Dios, quiere que tú lo pongas al tanto de tus necesidades, y te refugies en su presencia, todos los días y le permitas pelear por ti. Que puedas sentirlo con tu corazón y tengas plena certeza que estás en su refugio, que estás seguro, confiado en que tu Dios se mueve a tu favor, tus ojos lo verán y tu corazón se llenará de alegría porque saldrá a la luz la victoria de Dios que es tu victoria.
Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (EA)
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