“Todo el que quiera salvar su vida, la perderá; y todo el que pierda su vida por causa de mí y del evangelio, la salvará.” (Marcos 8:35 RVR95)
Si hemos sido testigos de la maldad y el rencor que se ha apoderado del corazón de muchas personas por estos días, difícilmente podríamos ser motivados a actuar con total generosidad. Todo lo que sucede a nuestro alrededor nos nubla el pensamiento y deja una nube de insatisfacción en el ambiente que nos lleva a pensar que no vale la pena ser buenos con todo el mundo, aunque digan que los buenos somos más.
Sin embargo, como siempre los principios de Dios son revolucionarios y la generosidad es uno de ellos. Aun en un mundo plagado de maldad y pecado, el amor de Dios puede transformar la escasez en abundancia. Y no sólo me refiero a lo material. La escasez de justicia, de perdón, de amor. Es la presencia del Espíritu Santo en nosotros la que nos enseña cómo podemos actuar con generosidad en medio de estas circunstancias caóticas.
La biblia nos enseña que uno está más satisfecho en esta vida cuando se da a sí mismo. Este es el principio de la siembra y la cosecha, lo que siembras eso vas a cosechar. El Dios creador configuró todo el universo para que, cuanto más generosos seamos, más bendición obtengamos. La generosidad es un atributo de Dios, todo lo que tenemos en la vida es un regalo suyo porque él fue generoso con nosotros, Dios se dio así mismo, por eso nos pide seguir su ejemplo.
Vivir generosamente no significa que todo saldrá bien, aun teniendo una vida recta y generosa, Jesús fue traicionado y abandonado por sus más cercanos. Él no nos pide seguir su ejemplo sin entendernos, en todo nos entiende, él experimento aun la pobreza de primera mano, Él se hizo pobre para que a través de su pobreza nosotros fuésemos enriquecidos, porque en Jesús aprendemos que podemos tener la convicción de que hay suficiente para todos, de que podemos, bajo cualquier circunstancia vivir en la abundancia de Dios, su regalo más generoso ha sido la vida eterna.
Tenemos que luchar contra el pesimismo que nos rodea y nos impulsa a pensar que necesitamos cuidarnos a nosotros mismos. Necesitamos vencer esta mentalidad que nos aleja de depositar toda nuestra confianza en Dios. Vivimos tiempos difíciles, sin embargo, estamos en una nación donde aún tenemos la libertad de hablar de Cristo y profesar nuestras convicciones bíblicas sin que nuestra propia vida corra peligro, y si así fuera, ¿estaríamos dispuestos a perder la vida misma por causa del evangelio? Es una pregunta que cada vez parece más cercana.
Honremos a nuestro Dios generoso, que se dio así mismo por amor a nosotros y encontremos la verdadera satisfacción en el placer de darnos también a los demás.
“No busquéis vuestro propio provecho, sino el de los demás.” (Filipenses 2:4 RVR95)
Tiempo de Hablar con Dios: Bendito Señor, en este tiempo de morir cada día más a lo que somos para que Tu reines, queremos honrarte mostrando amor para con otros, dando cada día más de nosotros mismos como una ofrenda para extender tu reino en esta tierra. En el nombre de Jesús, amén.
2021 Año del Propósito de Dios – Casa de Refugio (KMR)
Leave a Reply