Verdaderos Líderes

Juan 14:25-31 LBLA: “Estas cosas os he dicho estando con vosotros. Pero el Consolador, El Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo.  Oísteis que yo os dije: «Me voy, y vendré a vosotros». Si me amarais, os regocijarías porque voy al Padre, ya que el Padre es mayor que yo. Y os lo he dicho ahora, antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. No hablaré mucho más con vosotros, porque viene el príncipe de este mundo, y él no tiene nada en mí; pero para que el mundo sepa que yo amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vámonos de aquí.”

Cuando escucho las palabras de Jesús respecto a la promesa del Espíritu Santo, siempre pienso en lo bello del trabajo en equipo. Jesús, el líder de líderes, no sólo vino para enseñarnos cómo vencer el pecado, cómo ser hijos, amigos, sino también cómo es el rol de un verdadero líder, porque todos en algún momento debemos asumir este rol, en diferentes ámbitos de la vida, bien sea en el hogar, en el trabajo, en la iglesia, en nuestras relaciones, etc.

Seguro podríamos centrarnos en muchas cualidades que vemos en este pasaje para alimentar nuestra visión respecto a un líder, veamos tan solo cuatro en las que Dios quiere hablarnos hoy.

Primero, Jesús habló directamente a sus discípulos, dice “Estas cosas os he dicho”, todo lo que sus discípulos necesitaron escuchar directamente de su voz, él se los dijo, entonces, hay cosas que no puedo delegar y que las personas necesitan escuchar de mi voz, con mis palabras, sin necesidad de intermediarios, especialmente aquellas que sugieren transiciones fuertes. Segundo, “estando con vosotros”. Jesús no sólo llamó a sus discípulos para delegarles tareas, él compartió tiempo con ellos, durmió, comió, trabajó, caminó, tuvieron tiempos de lucha, de dolor y de alegrías. Jesús no fue un líder desde la distancia, él se acercó, abrazó, consoló, animó de cerca, en el día a día junto a sus discípulos.

Tercero, algo totalmente fuera de lo común, Jesús prometió nunca dejar solos a sus discípulos, pero también dio paso a un nuevo fluir, porque un verdadero líder no trabaja sólo sino que sabe trabajar en equipo. Jesús honró al Espíritu Santo, el Consolador, quien llegaría para apoyar su obra y su legado. Jesús nos enseña que a pesar de las cosas maravillosas que ha puesto en nosotros, también hay otros que pueden apoyar y continuar la obra, no debemos aferrarnos al liderazgo.   

Y finalmente, un liderazgo sano y de autoridad, es aquel que muestra con su vida el amor y la obediencia al Padre. Jesús dijo: “para que el mundo sepa que yo amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago”. No hay términos medios, el verdadero liderazgo es aquel que ama a Dios, por tanto ama su palabra y la obedece, y así lo refleja con su vida.

Que el ejemplo de Jesús nos anime para ser verdaderos líderes.

Devocionales Refúgiate en Su Palabra, Casa de Refugio (KM)

#mimetaesanimar

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