Vivir Bajo el Poder de Dios
Romanos 13: 1-2 RVR1960: “Sométase toda persona a las autoridades superiores; porque no hay autoridad sino de parte de Dios, y las que hay, por Dios han sido establecidas. De modo que quien se opone a la autoridad, a lo establecido por Dios resiste; y los que resisten, acarrean condenación para sí mismos”  
 
El apóstol Pablo nos hace saber que existe un principio de autoridad en la tierra que viene de Dios y ha sido establecido por él. Aunque a través de Cristo nos ha sido dada una ciudadanía celestial, en su ejemplo también aprendemos cómo debemos vivir en este mundo, debemos entender que no podemos simplemente ignorar o desobedecer a las autoridades terrenales, ya que ellas cumplen un rol establecido por Dios.
 
Muchas veces, como sé que a todos en algún momento les ha ocurrido, tuve fuertes luchas en mi mente porque pasó la idea de desobedecer o cuestionar las ordenes de algún superior, especialmente aquellos que consideramos injustos, algo normal en el proceso de crecimiento de todo creyente pues este es uno de los principios que más nos cuesta entender y aceptar, pero ahora entiendo que mi mente había sido prisionera por mucho tiempo de la creencia popular de no dejarme llevar por nadie que no fueran mis padres, o como dicen “no dejarme de nadie”; hasta que entendí a través de la palabra que la sujeción a las autoridades proviene de Dios, es él quien me guía con sus preceptos para ver que, sometiéndome a las autoridades establecidas me someto a él, que es su amor el que alimenta mis decisiones, mi actuar y no mi orgullo, porque este sólo me lleva a la rebeldía y no quiero ser de aquellos que resisten a la autoridad, lo cual como dice Pablo, acarrea condenación para nosotros mismos.
 
Entender este principio de autoridad a través de la sujeción a las autoridades, es entrar en una atmósfera de gobierno, es permitir que sea Dios la autoridad de mi vida. A veces obedecer parece más un riesgo, especialmente en situaciones complejas, cuando parece que nada tiene sentido, cuando no veo claridad de las cosas, pero Dios derrama su poder sobre mi vida y mis planes, porque a través de la obediencia le permito gobernar en todos mis asuntos.
 
Vivir entendiendo la importancia de obedecer, es la llave que abre la puerta para el poder de Dios en mi vida, por eso hoy quiero invitarte a no dejarte llevar por lo que otros dicen, por el común denominador de la sociedad que nos lleva a pensar en no dejarnos de nadie, en hecha la ley, hecha la trampa, y todas aquellas cosas que nos dicen que podemos saltarnos lo que la autoridad ha establecido. No te rindas en hacer lo bueno para que Dios pueda hacer crecer tu fe, recuerda que cuando estamos atravesando dificultades y callejones sin salida, sólo vemos la escapatoria más fácil que a veces es desobedecer, pero es allí cuando Dios nos enseña que hay poder en aquel que se somete, porque permite que sea Dios quien gobierne.
 
Devocionales Refúgiate en su Palabra, Casa de Refugio (JRR)

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